Granada,
1890.
La Alhambra acaba de sufrir su peor incendio. Sofocando sus llamas, Max Cid,
cae herido lo que aprovechan sus detractores para incriminarle como autor del
suceso. Hasta Madrid llega su hija Carmela a pedir ayuda al conocido novelista
Benito Pérez Galdós con quien entablará una gran amistad. Porque Max Cid
es ya un reconocido periodista granadino que critica la destrucción del
patrimonio histórico de su ciudad y por ello se ha creado grandes enemistades
entre políticos y empresarios que ven con buenos ojos que Granada se modernice
a cambio de destruir sus antiguos monumentos.
Carolina
Molina, autora de Guardianes de la
Alhambra y Noches en Bib-Rambla
con las que comenzó la saga de esta familia, consigue con El último romántico recuperar la esencia de las antiguas novelas
del XIX. Con una prosa riquísima y de gran sensibilidad, en donde no faltan el humor y la reflexión,
la autora, nos adentra en el ambiente social cercano a la crisis del 98, tan
coincidente con el actual. En estas páginas el lector encontrará a Benito Pérez
Galdós, Juan Valera, José de Zorrilla, Valle-Inclán o Emilia Pardo Bazán con
una impecable reconstrucción de la época. El
último romántico va dirigido a un público exigente capaz de disfrutar con
una historia profunda y de personajes. Una novela imprescindible, para
recomendar y leer varias veces pues siempre habrá algo nuevo que aprender de ella.
Por las
páginas de esta novela reviviremos hechos históricos trascendentales, como la
coronación como Poeta Nacional de José Zorrilla en el Palacio de Carlos V, la
celebración del Centenario del Descubrimiento de América en 1892 o la creación
de la Gran Vía de Granada. También presenciaremos la pérdida del brazo de
Valle-Inclán en Madrid y visitaremos la casa de Benito Pérez Galdós, entre el
sonido de los organillos y el olor de los churros de las verbenas.