Hace ya un año que en este mismo blog recomendaba una novela de Francisco Ortiz, ´”Ultima noche en Granada”. Era su primera novela y no por eso dejaba de ser un trabajo maduro que me interesó y que daba muestras de la calidad humana y profesional del autor. Sus diálogos, en donde se reconocía una realidad tangible, me han hecho reflexionar más de una vez. He leído muchos libros antes y después de este, pero que recuerde sus escenas con cierta nitidez dicen mucho de la impresión que me causó. Ahora, vuelvo a hablar de Francisco Ortiz. En otros términos, para hablar de un trabajo muy distinto, el de “Almería 66”. Un libro de cuentos que se debate entre la crueldad y la ternura. ¿Es posible encontrar la perspectiva adecuada para contar historias de violencia sin caer en la perversidad? Pues aunque no parezca tarea fácil, Francisco Ortiz, lo ha conseguido. Su libro, compuesto de 44 cuentos que hablan de violencia, nos presenta fugaces historias, perfectamente estructuradas y trabajadas con elegancia. El cuento es aquí respetado, no se moraliza ni se termina. Sus relatos son historias rápidas, como un hachazo, un disparo…pero que lo cuentan todo. Nos transmiten realidad y reflexión. Era evidente que un tema así sólo podía tratarlo un autor con sensibilidad extrema y es por eso que no nos escandaliza, ni nos indignan sus personajes ni sus actitudes.
No son mis palabras las de una amiga, sino las de una lectora. Que sea amiga es consecuencia de su literatura, que me llevó a conocerlo y admirarlo como persona. Es cuestión de tiempo que se reconozca a Francisco Ortiz como uno de los mejores cuentistas de Granada.