PRESENTACIÓN DE “LA SUAVE PIEL DE LA
ANACONDA”
DE
RAÚL ARIZA
Tengo
el placer de presentar a Raúl Ariza en Granada. No me fue posible hace,
aproximadamente, dos años cuando iniciaba su andadura con un libro ya casi
mítico en esto del cuento, titulado “Elefantiasis”. Y digo mítico porque ha
sido un caso excepcional. Raúl irrumpió de lleno en la literatura sin
pretensiones, sin heroicidades ni prepotencias. Llevado por la honestidad y
ayudado por los cientos (quizás miles) de seguidores de su blog comenzó a
recorrer España presentando sus cuentos y en cada librería o acto fue haciendo
adeptos, cautivando a lectores que no habían, si quiera, oído hablar de él y
que quedaron impactados por su visión del mundo.
“Elefantiasis”,
fue publicada entonces por la editorial madrileña Policarbonados. Yo creo que
esta editorial, cuya cabeza responsable, o al menos visible, es Mariano Vega,
dio un giro a las publicaciones del género del cuento. Hoy, esta empresa ha
tornado en llamarse Talentura continuando con la misma línea editorial que tuvo
en su origen.
Las
editoriales dedicadas a la narrativa breve no son muchas, pero tienen su
espacio y reconocimiento en el negocio del libro. Con la proliferación de
pequeñas editoriales, independientes del mecanismo comercial al que todos los
editores rinden pleitesía, se abre una vía interesante para géneros,
tradicionalmente arrinconados.
“Elefantiasis”
funcionó y recibió buenas críticas. Y Raúl Ariza supo aprovechar esta
circunstancia y se relaciona con el mundo del cuento y evoluciona, madurando de
una manera sorprendente, casi provocativa.
No
es fácil superar al libro anterior y Ariza lo ha conseguido con “La suave piel de la anaconda”. Ya desde
la elección del título, con el que arriesga, observamos una meticulosidad que a
mí, por lo menos, me complace. No es frecuente cuidar los detalles previos a la
narración, como son título, estructura y temática. De esto, tengo que
confesarlo, adolecen muchos de los libros de cuentos actuales.
Como elemento unificador de sus
historias, quizás deseando devorarnos o estrangularnos, a nosotros sus lectores,
Raúl Ariza narra situaciones de muy variados enfoques aunque con el propio y
particular estilo Ariza. Como su serpiente, se insinúa, fluye, sorprende,
retrocede y muestra sus dientes. Nos pica la curiosidad con esas narraciones que
yo he venido a llamar circulares, y que huyen de una estructura lineal.
Sus historias, cincuenta y una para
ser exacta, nos hablan de soledad, de muerte, de relaciones humanas imposibles,
pero también de amores irrenunciables, que Ariza sabe manejar como un director
de cine negro, mostrándonos la importancia de lo ausente frente a la nimiedad
de lo evidente.
En esos cuentos circulares (es el
caso del primero titulado Conclusión) nos presenta, el autor, la imagen
primera, rotunda y cinematográfica de un muerto entre un charco de sangre de la
forma de Groenladia para desviar nuestra atención a los hechos que pudieron
cometerlo, evitando los convencionalismos del recuerdo, hilando un entramado de
sentimientos que rodean a la víctima hasta llegar a ella, nuevamente, con el
impacto del arma que consumió su vida.
Otras veces (Isósceles) la trama se desvela por el simple diálogo,
proponiendo un final que no será circular, o cuando menos, de círculo
concéntrico.
Cada cuento sorprende con una visión
inusual de la historia narrativa. Si les damos la vuelta su final podría ser el
principio o viceversa, pero en este juego que Ariza nos propone hay más de estrategia
cuentista que de entretenimiento. Cada narración está pensada y rematada, con
un poco de espíritu hichcockiano, sorprendente y enigmático, pero ausente de efectismo.
La suave piel de la anaconda será, sin
ninguna duda, un libro de imprescindible recomendación para los iniciados en el
cuento, quienes deseen aprender hasta dónde puede y debe llegar una historia desarrollada
en la inmensidad de dos páginas. También lo será para los incondicionales del género,
ahora en boga, confirmando una originalidad de Ariza, su ya aclamado estilo
propio, firma particularísima y ahora envidiada por muchos de nosotros.
El
prólogo de La suave piel de la anaconda
es otro de los logros del autor. Conseguir que Ángel Olgoso, indiscutible
figura del cuento nacional, lo escribiera es una razón más para confiar en este
libro.
PRESENTACIÓN
EN GRANADA EL DÍA 5 DE OCTUBRE DE 2012.
LUGAR:
LIBRERÍA PICASSO (C/ Obispo Hurtado, 5.)
HORA:
20h