Se acercan las vacaciones y como cada
verano hago un recordatorio sobre lo que me queda por hacer.
Tengo un año por delante muy cargado
de cosas. Esto me da mucha alegría porque son proyectos por los que he luchado y
que ayudarán a promover a mis autores de referencia y la novela histórica, con
su consecuente proyección en las ciudades a las que quiero tanto: Madrid y
Granada (o Granada y Madrid, tanto da).
A la vuelta del descanso volveré con «Cervantes
tiene quien la escriba» y me iré con él a Asturias, lugar que me trae recuerdos
no solo familiares sino de inicio de muchas cosas. Mis primeras novelas serias
se gestaron entre asturcones y trasgus, descubriendo el maravilloso folklore
asturiano.
Continuaré con Cervantes en Argamasilla
de Alba, lugar también de recuerdos infantiles en esa Castilla que tanto me
atraía antes de conocer Granada.
Y en noviembre, de nuevo a esta mi
segunda ciudad, con las VI Jornadas de Novela Histórica, que se celebrarán los
días 11, 12 y 13 con novedades maravillosas que pondrán a Granada en el punto
de mira.
Si no sale nada más, habrá que esperar
a febrero de 2017 para dar una noticia que espero desde hace años.
Esta foto tiene algo que ver con lo
que llega.