El pasado viernes, día 1 de marzo, inicié la promoción de El último romántico. Mi deseo era comenzar por la Biblioteca de La Chana, con la que tengo una relación de amistad desde hace muchos años.
Allí hablamos de Max, de la destrucción del patrimonio histórico de Granada en el siglo XIX, nos reímos y luego quedamos para el domingo, pues nos esperaba una ruta por los escenarios de la novela.
Conocí a nuevos amigos lectores y saludé a Matías Fernández Salmerón, amigo y escritor, y a Armando López-Murcia, que con su gran sabiduría y anecdotario granadino siempre me enseña algo nuevo.
Gracias a Josefina y a Inma, tanto monta-monta tanto, y a el grupo lector de la biblioteca.
Ah, y una sorpresa maravillosa: la asistencia de mi amiga Mariángeles Jiménez Vela a la que envío un cariñoso beso para darle ánimos.