Aquí dejo el enlace de la reseña realizada por José Abad con motivo de la publicación de La luna sobre La Sabika: "A la sombra de la Alhambra".
Mi agradecimiento a José.
http://www.granadahoy.com/article/ocio/838914/la/sombra/la/alhambra.html
A pesar de la crisis, o quizás para combatirla, acaba de nacer en la ciudad de Granada un nuevo sello editorial pensado para los escritores en ciernes y para el lector, siempre
En esta ocasión, en vez de ofrecer la preceptiva reseña crítica, querríamos hacernos eco de un proyecto editorial que está dando sus primeros pasos en nuestra ciudad. Una iniciativa digna de aplauso, sin duda. Hay que tener mucho coraje o ser muy insensatos para atreverse a surcar las procelosas aguas del mundillo de la edición, hoy, extremadamente revueltas a causa de una crisis económica cuyas fauces nada tienen que envidiar a las del escualo más feroz. No obstante, visto lo visto, no escasea la gente con agallas, o quizás sobren los chiflados, y aquí tenemos un nuevo sello, Zumaya, nacido a la sombra de la Alhambra. Al timón de esta flamante nave tenemos a dos mujeres, Mariluz Escribano y Remedios Sánchez, que no necesitan presentación.
A poco de adentrarse en esta selva oscura, todos cuantos sueñan con la literatura en Granada no tardan en descubrir la triste realidad: hay un rico sedimento en esta tierra, una importante tradición literaria, y una vida cultural intensa, bien regada por la Universidad, pero carece de una industria editorial saneada capaz de atender, no digamos ya saciar, estos anhelos. Zumaya quiere, o pretende, convertirse en un servicio para el escritor en ciernes -también para el autor consagrado, llegado el caso-, sin perder de vista al lector. "No hemos creado una editorial para ganar dinero, eso lo tenemos clarísimo -confiesa Remedios Sánchez-, porque reinvertiremos siempre". Tampoco se trata de publicar mucho, nos dice, sino de hacerlo con cordura y respeto por todo cuanto significa la edición. No se trataría de sacar libros como si fueran churros, sino de sacar libros… como libros.
Las condiciones son éstas: Zumaya aportaría el 25 % de los gastos de edición (el resto lo pone el autor) y se compromete a colocar el producto en un centenar de librerías repartidas por el territorio nacional. El autor recibiría el 20 % de las ventas -lo habitual es cobrar el 10 %- a fin de que recupere rápidamente la inversión inicial. Lo digo con la mano en el corazón: seguramente no es la panacea pero, por una vez, se parte de unos postulados distintos. Editoriales hay, pero callemos los nombres, que sólo dan a los autores unos pocos ejemplares de recuerdo; con esto deben darse por pagados (Y se da la paradoja de que en la cadena escritor-editor-distribuidor-librero-lector el primero es quien más siembre y quien menos recoge). Zumaya prestará atención, prometen, a los géneros minoritarios, la poesía y el relato y el ensayo, sin descuidar esos otros con un público nutrido y voluntarioso.
De momento, la semana pasada se presentó en la Fundación Euroárabe de Altos Estudios una obra que satisface tales expectativas, La luna sobre La Sabika de Carolina Molina, "una novela histórico-didáctica", según definición de la propia autora, que bucea en las pozas de la historia local con esforzada voluntad divulgativa. El relato se instala en el siglo XIII, coincidiendo con el levantamiento del coloso arquitectónico que domina Granada, y callejea por una ciudad atestada de señores y esclavos, mercaderes y soldados, traficantes y prostitutas. El protagonista es un sencillo cocinero en cuyas manos ha caído el tesoro más preciado entre los de su gremio, una nueva receta, la del cuscús, desconocida en los fogones de Al-Ándalus. El texto se sustenta en una amplia documentación previa, lo demuestran sus muchas notas, y quiere arrimar una lucecita al tapiz de la Historia para ayudar a su recta comprensión.
La luna sobre La Sabika se publicó originalmente en 2003. Siete años después reaparece con un nuevo epílogo y notables mejoras. Carolina Molina, en un gesto que la honra, ha decidido incorporar al libro las sugerencias de sus muchos lectores. ¡Ay del literato que los ignora! Acabará escribiendo exclusivamente para sí… La luna sobre La Sabika no ha sido su única incursión en nuestro ayer; a ésta le han seguido (y precedido) Sueños del Albayzin (2006) y Guardianes de la Alhambra (2010). Esta mujer pertenece a la estirpe de aquellos románticos venidos de fuera para celebrar las bondades de este jardín a trasmano que es Granada. Nos queda una duda: si acaso ella no será la reencarnación de alguno de ellos.
21.11.10
17.11.10
14.11.10
5.11.10
PRESENTACIÓN DE LA LUNA SOBRE LA SABIKA (2010) EN GRANADA





La presentación de mi novela en la Fundación Euroárabe el día 9 de noviembre fue una reunión casi amistosa, dinámica y agradable. Comezó hablando Mariluz Escribano, editora de Zumaya y dejó muy clara la línea editorial de esta pequeña empresa que tiene proyectos muy grandes. Zumaya no pretende enriquecerse, dijo, sino reinvertir en los escritores que tienen algo que decir. No se publicará por publicar sino por el bien de la calidad literaria, sea cual sea la temática. Mariluz Escribano dío paso a José Luis Gastón Morata, que fue generoso en su presentación, ameno y con su toque documental, como nos tiene acostumbrado en sus novelas. Conocedor de la historia de Granada, en donde ha nacido, no dudó en decir de mí que, como otros que llegaron a Granada sin haber nacido en ella, nos hemos enamorado hasta tal punto de esta ciudad y su historia que bien podríamos decir que he nacido en Madrid provincia de Granada. Me abruma que los granadinos me hayan abierto sus brazos con tanto entusiasmo y por ello les doy las gracias.
Yo me extendí, quizás en demasía, contando la historia de mi novela, no la historia que cuenta, sino la historia de su creación, que fue anecdótica desde el mismo momento en que comencé a escribirla. La gestión de esta novela y su segunda publicación demuestra, una vez más, que mi vinculación con Granada es ya una relación de hecho.
Agradezco a todos los que estuvieron conmigo, a Remedios Sánchez (cómo no), a Mariluz Escribano (por ser como es y apoyarme en esta andadura), a José Luis Gastón Morata (excelente escritor y persona), a José Manuel Gómez-Moreno Calera, a Ana Carreño, a Francisco Ortiz, a José Abad, a Beatriz Pérez, a Soco, a Helene Boland Seco de Lucena, a Pedro López y Toñi, a Alfredo Leyva y Lina, a Manuel Orozco, a Francisco Gil Craviotto, a Santiago Martín Guerrero, a Miguel Ángel Cáliz, a Valeria Tittarelli, a Concha G- Badía, a José Cruz, a Cristina Monteoliva, a mis amigas Inmaculada de la Torre y su hermana María José, a Ángeles Jiménez Vela y en definitiva a todo el público que tuve el placer de conocer y me preguntaron y hablaron amablemente. Y si, por casualidad, alguien puede contactarme con aquel simpático señor que se me acercó y me dijo que conoció a Francisco García Lorca, el hermano de Federico, por favor, hacédmelo saber, porque le agradecería poder charlar amigablemente. Por desgracia, nos alargamos demasiado en el evento y las luces nos fueron apagadas y no tuvimos ocasión de hablar con la tranquilidad que requería una reunión de estas características. A todos (y si de memoria he olvidado a alguien que me perdone humildemente), a todos, repito, unas inmensas gracias.
17.9.10
RESEÑA DE MERCEDES GARCÍA GRANIZO SOBRE GUARDIANES DE LA ALHAMBRA.
Esta es la reseña y crítica realizada por Mercedes García Granizo sobre mi novela "Guardianes de la Alhambra". Desde aquí agradezco a Mercedes sus palabras, que han sido emotivas y me animan a seguir escribiendo sobre la saga de los Cid.
Gracias, igualmente a Roberto Mangas, director del Heraldo del Henares, que me está apoyando diariamente en mi labor de forma desinteresada como sólo un amigo sabe hacerlo.
www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=6254
Gracias, igualmente a Roberto Mangas, director del Heraldo del Henares, que me está apoyando diariamente en mi labor de forma desinteresada como sólo un amigo sabe hacerlo.
www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=6254
RECOMENDACIÓN: LA ESTRELLA PEREGRINA DE ANGELES DE IRISARRI.

Aquí os dejo la entrevista que me concedió Ángeles de Irisarri con motivo de la publicación de su último libro "La estrella peregrina". Desde aquí recomiendo este libro, muy en la línea de la autora, aunque quizás más dinámico y divertido que los últimos. No ha olvidado, sin embargo, la carga documental que ella tan bien maneja. Irisarri nos ha vuelto a encandilar con esta novela y con sus personajes, tan entrañables como quien les dio su vida de ficción.
www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=6163
18.6.10
ENTREVISTA A CAROLINA MOLINA POR ANGÉLICA MORALES.
Asociación Aragonesa de Escritores
Decididamente a la difusión de la lectura y el libro.
Carolina Molina. Personaje invitado del mes.
Publicado por Angelica en 18th Junio 2010
ENTREVISTA A CAROLINA MOLINA POR ANGÉLICA MORALES.
A Carolina Molina le gusta el color azul, la ciudad de Granada y los versos de Federico García Lorca. Desde niña sintió predilección por la escritura y poco a poco, y con gran esfuerzo, ha conseguido hacerse un nombre en el mundo de la literatura actual. Sus obras publicadas hasta el momento son “La luna sobre la Sabika”, “Mayrit entre las murallas”, “Sueños del Albaizín” y “Guardianes de la Alhambra”. Como periodista participa en las revistas literarias granadinas “El legado Andalusí” y “Entre Ríos”. También coordina la sección “Érase un cuento” del periódico digital “El Heraldo del Henares”, dirigido por Roberto Mangas.
Algunos escritores aragoneses ya han pasado por sus manos, por eso, desde la AAE nos ha parecido interesante dar a conocer la figura de Carolina Molina. Carolina es, sin duda, uno de esos seres extraordinarios que, sin esperar nada a cambio, siempre le facilitan a uno el camino. La escritora madrileña, con la amabilidad que le caracteriza, nos ha concedido esta entrevista para el blog.
Gracias, Carolina, por abrir puertas a los autores que empiezan.
Contacto:
http://carolinamolina.blogspot.com/
http://guardianesdelaalhambra.blogspot.com/
¿Hay mucho cuentista entre nosotros? Cuéntenos algo que no sepamos sobre esos autores desconocidos que usted va descubriendo cada semana en la sección que coordina en el Heraldo del Henares de “Érase un cuento”.
España es un país de cuentistas. Tenemos una larga tradición oral y muy buenos escritores que se han dedicado por entero al género del cuento o que de forma esporádica nos han dejado pequeñas joyas de las que ahora disfrutamos. Mi experiencia en el Heraldo del Henares ha sido sorprendente, he conocido a cuentistas de distintas partes de España y de distintas generaciones. Aprendo de sus cuentos cada día. Y cada día también me lamento más de que el sector editorial no se arriesgue más con ellos. Todos ellos están unidos como una piña para defender el cuento. Yo creo que el cuentista es más vocacional que el novelista.
En su opinión, ¿el cuento está pasando por uno de sus mejores momentos?
Las editoriales siguen siendo reticentes a publicar cuentos. Por encima de la calidad del género prima el nombre del autor. Sin embargo sí observo que existen pequeños avances, sobre todo en las editoriales pequeñas. Quizás no sea el mejor momento de publicaciones de cuentos pero sí el mejor momento para la creatividad cuentista. Ahora tenemos la experiencia de la generación anterior a la que pertenece Merdardo Fraile, que ha sido tan generoso con nosotros en Heraldo del Henares y que es excepcional. Yo creo que ahora se es consciente de que todo cabe en el cuento y hay infinitas formas de contar una historia incluso con dos frases si fuera necesario.
Periodista, escritora y lorquiana, ¿por qué orden?
Primero fui novelista. Mi vocación literaria llegó pronto, con catorce años ya tenía muy claro que quería escribir y empecé con la novela y con la poesía (género que luego no he vuelto a tocar). A los diecisiete llegó García Lorca a mi vida y gracias a él descubrí un mundo fantástico que fue el teatro al que dediqué varios años. Finalmente decidí estudiar Periodismo. Aunque ser novelista, lorquiana y periodista parecen ser cosas incompatibles, a lo largo de los años he observado que todo me ha llevado a lo mismo, que es la novela histórica. El Periodismo me enseñó a documentarme, la disciplina diaria de escribir novela desde muy joven me ayudó a madurar las historias y finalmente Federico (García Lorca) me llevó a Granada, que es ahora mi segunda tierra. Ahora no comprendo mi vida sin ninguna de esas cosas.
¿Qué tienen los versos de Lorca que tanto cautivan?
Reflejan su personalidad y las vivencias de una tierra a la que amo.
Coqueteó en su juventud con la escritura dramática. ¿Se ha planteado volver a hacerlo?
El teatro fue parte de mi vida durante muchos años. Lo abandoné por la novela porque si el cuento es un género que vende poco el teatro vende aún menos. Pero mis novelas están pensadas teatralmente, con efectos teatrales. Pienso en las escenas como si fueran fotogramas de películas, quizás por eso priman en ellas el entretenimiento.
Confiesa en su biografía que Jo March, uno de los personajes de “Mujercitas”, fue para usted un claro referente. ¿Qué permanece de Jo March en Carolina Molina?
Soy muy luchadora. Aunque reconozco que “casi” estuve a punto de tirar la toalla con la novela hace nueve años. Hubo un tiempo, aunque ahora no lo recordemos, en que no había Internet, no existía manera de relacionarte con otros escritores, las editoriales grandes acaparaban el mercado. Era prácticamente imposible superar los filtros que constantemente te ponen hasta llegar a publicar. Pero como Jo March tenía muy claro que quería escribir y luché hasta el final.
Háblenos de su última novela: “Los guardianes de la Alhambra”.
Es la historia de todas las personas, conocidas unas y anónimas otras, que guardaron el monumento de la Alhambra cuando éste estaba en ruinas y consiguieron restaurarlo y conservarlo. Entre los personajes más famosos se encuentra, por supuesto, Washington Irving y entre los anónimos el personaje central de la novela e invención mía, que es Manuel Cid. Que conservará el legado irvingiano cuando el escritor americano se haya ausentado de Granada.
Como gran defensora de la novela histórica seria, bien documentada , ¿cree que hay mucho autor-fraude dentro de esta categoría literaria?
Quizás el problema no se deba a los autores sino a los editores que son a los que les interesa catalogar a sus novelas como históricas pues es el género más vendido. Con la novela histórica se tiene asegurado, al menos, una historia entretenida. El público busca los detalles anecdóticos de la historia y a veces se siente defraudado cuando lee una novela que no aporta esos datos.
¿Por qué piensa que tiene tanto tirón la novela histórica?
Por eso mismo, porque ofrece varias lecturas. Proporciona un marco imaginado al que te puedes transportar con facilidad y al tiempo aprendes hechos históricos reales. La novela histórica puede tener muchos subgéneros, puede enseñarte la vida cotidiana del siglo XIV o la vida de unos marineros en un buque del siglo XVIII…los temas de la novela histórica son infinitos.
Y centrándonos en su obra, ¿qué es lo que más le seduce a la hora de contar historias pasadas?
Casi siempre selecciono el momento histórico lo primero. Hay veces que documentándome para un libro surge un hecho o situación que despierta mi interés. Luego es cuestión de investigar ese momento, enlazar situaciones reales con las ficticias y añadirle unos personajes que ofrezcan otra historia más personal.
¿Qué proyectos literarios tiene en estos momentos entre manos?
Demasiados. Continúo la vida de Maximiliano Cid, descendiente del protagonista de Guardianes de la Alhambra. Tengo pendiente un proyecto muy querido que confío en que salga adelante sobre literatura infantil. En septiembre espero que se reedite una nueva versión de La luna sobre La Sabika (mi primera novela) en la editorial Zumaya y por supuesto confío en poder seguir colaborando en esta editorial en su colección de narrativa, en la revista Entreríos de Granada y en la Sección Érase un cuento del periódico Heraldo del Henares o en la Biblioteca Imaginaria de Cristina Monteoliva. Tampoco descuidaré mis artículos periodísticos en diferentes revistas. Eso es lo principal, pero siempre hay más cosas.
¿Cree que los escritores hemos ido perdiendo imaginación a cambio de un puesto en el mercado editorial?
Cuando firmas un contrato importante o ganas un premio importante dejas de ser todo lo libre que necesitarías ser para escribir. Pero es un círculo vicioso porque sin contratos y a veces, sin premios, en la literatura, no eres nadie. El mercado editorial es muy cruel con los escritores que empiezan y con los que intentan mantenerse. Y a veces te tienta el camino más fácil.
¿Qué le mueve a escribir?
La necesidad, la vocación, la inspiración…
¿La literatura aragonesa goza de buena salud?
A tenor de lo que he podido leer en la Sección del Heraldo del Henares no hay ninguna duda. Yo ya conocía a escritoras de novela histórica como Angeles de Irisarri, Magdalena Lasala o José Luis Corral, pero he de decir que ha sido todo un honor conocer a grandes escritores aragoneses o relacionados con Aragón como José Luis Gracia Mosteo, a Angélica Morales (ella bien lo sabe), a Miguel Mena, a Luis Borrás, a Antón Castro…en fin, personas de gran valía.
Y para finalizar, ¿conocía la Asociación Aragonesa de Escritores?
He de reconocer que no. Aunque gracias a los cuentistas y al Heraldo del Henares he podido saber de su labor y creo que hay que felicitarla porque asociaciones que defiendan e informan a los escritores no hay muchas. Y esto hay que fomentarlo.
Decididamente a la difusión de la lectura y el libro.
Carolina Molina. Personaje invitado del mes.
Publicado por Angelica en 18th Junio 2010
ENTREVISTA A CAROLINA MOLINA POR ANGÉLICA MORALES.
A Carolina Molina le gusta el color azul, la ciudad de Granada y los versos de Federico García Lorca. Desde niña sintió predilección por la escritura y poco a poco, y con gran esfuerzo, ha conseguido hacerse un nombre en el mundo de la literatura actual. Sus obras publicadas hasta el momento son “La luna sobre la Sabika”, “Mayrit entre las murallas”, “Sueños del Albaizín” y “Guardianes de la Alhambra”. Como periodista participa en las revistas literarias granadinas “El legado Andalusí” y “Entre Ríos”. También coordina la sección “Érase un cuento” del periódico digital “El Heraldo del Henares”, dirigido por Roberto Mangas.
Algunos escritores aragoneses ya han pasado por sus manos, por eso, desde la AAE nos ha parecido interesante dar a conocer la figura de Carolina Molina. Carolina es, sin duda, uno de esos seres extraordinarios que, sin esperar nada a cambio, siempre le facilitan a uno el camino. La escritora madrileña, con la amabilidad que le caracteriza, nos ha concedido esta entrevista para el blog.
Gracias, Carolina, por abrir puertas a los autores que empiezan.
Contacto:
http://carolinamolina.blogspot.com/
http://guardianesdelaalhambra.blogspot.com/
¿Hay mucho cuentista entre nosotros? Cuéntenos algo que no sepamos sobre esos autores desconocidos que usted va descubriendo cada semana en la sección que coordina en el Heraldo del Henares de “Érase un cuento”.
España es un país de cuentistas. Tenemos una larga tradición oral y muy buenos escritores que se han dedicado por entero al género del cuento o que de forma esporádica nos han dejado pequeñas joyas de las que ahora disfrutamos. Mi experiencia en el Heraldo del Henares ha sido sorprendente, he conocido a cuentistas de distintas partes de España y de distintas generaciones. Aprendo de sus cuentos cada día. Y cada día también me lamento más de que el sector editorial no se arriesgue más con ellos. Todos ellos están unidos como una piña para defender el cuento. Yo creo que el cuentista es más vocacional que el novelista.
En su opinión, ¿el cuento está pasando por uno de sus mejores momentos?
Las editoriales siguen siendo reticentes a publicar cuentos. Por encima de la calidad del género prima el nombre del autor. Sin embargo sí observo que existen pequeños avances, sobre todo en las editoriales pequeñas. Quizás no sea el mejor momento de publicaciones de cuentos pero sí el mejor momento para la creatividad cuentista. Ahora tenemos la experiencia de la generación anterior a la que pertenece Merdardo Fraile, que ha sido tan generoso con nosotros en Heraldo del Henares y que es excepcional. Yo creo que ahora se es consciente de que todo cabe en el cuento y hay infinitas formas de contar una historia incluso con dos frases si fuera necesario.
Periodista, escritora y lorquiana, ¿por qué orden?
Primero fui novelista. Mi vocación literaria llegó pronto, con catorce años ya tenía muy claro que quería escribir y empecé con la novela y con la poesía (género que luego no he vuelto a tocar). A los diecisiete llegó García Lorca a mi vida y gracias a él descubrí un mundo fantástico que fue el teatro al que dediqué varios años. Finalmente decidí estudiar Periodismo. Aunque ser novelista, lorquiana y periodista parecen ser cosas incompatibles, a lo largo de los años he observado que todo me ha llevado a lo mismo, que es la novela histórica. El Periodismo me enseñó a documentarme, la disciplina diaria de escribir novela desde muy joven me ayudó a madurar las historias y finalmente Federico (García Lorca) me llevó a Granada, que es ahora mi segunda tierra. Ahora no comprendo mi vida sin ninguna de esas cosas.
¿Qué tienen los versos de Lorca que tanto cautivan?
Reflejan su personalidad y las vivencias de una tierra a la que amo.
Coqueteó en su juventud con la escritura dramática. ¿Se ha planteado volver a hacerlo?
El teatro fue parte de mi vida durante muchos años. Lo abandoné por la novela porque si el cuento es un género que vende poco el teatro vende aún menos. Pero mis novelas están pensadas teatralmente, con efectos teatrales. Pienso en las escenas como si fueran fotogramas de películas, quizás por eso priman en ellas el entretenimiento.
Confiesa en su biografía que Jo March, uno de los personajes de “Mujercitas”, fue para usted un claro referente. ¿Qué permanece de Jo March en Carolina Molina?
Soy muy luchadora. Aunque reconozco que “casi” estuve a punto de tirar la toalla con la novela hace nueve años. Hubo un tiempo, aunque ahora no lo recordemos, en que no había Internet, no existía manera de relacionarte con otros escritores, las editoriales grandes acaparaban el mercado. Era prácticamente imposible superar los filtros que constantemente te ponen hasta llegar a publicar. Pero como Jo March tenía muy claro que quería escribir y luché hasta el final.
Háblenos de su última novela: “Los guardianes de la Alhambra”.
Es la historia de todas las personas, conocidas unas y anónimas otras, que guardaron el monumento de la Alhambra cuando éste estaba en ruinas y consiguieron restaurarlo y conservarlo. Entre los personajes más famosos se encuentra, por supuesto, Washington Irving y entre los anónimos el personaje central de la novela e invención mía, que es Manuel Cid. Que conservará el legado irvingiano cuando el escritor americano se haya ausentado de Granada.
Como gran defensora de la novela histórica seria, bien documentada , ¿cree que hay mucho autor-fraude dentro de esta categoría literaria?
Quizás el problema no se deba a los autores sino a los editores que son a los que les interesa catalogar a sus novelas como históricas pues es el género más vendido. Con la novela histórica se tiene asegurado, al menos, una historia entretenida. El público busca los detalles anecdóticos de la historia y a veces se siente defraudado cuando lee una novela que no aporta esos datos.
¿Por qué piensa que tiene tanto tirón la novela histórica?
Por eso mismo, porque ofrece varias lecturas. Proporciona un marco imaginado al que te puedes transportar con facilidad y al tiempo aprendes hechos históricos reales. La novela histórica puede tener muchos subgéneros, puede enseñarte la vida cotidiana del siglo XIV o la vida de unos marineros en un buque del siglo XVIII…los temas de la novela histórica son infinitos.
Y centrándonos en su obra, ¿qué es lo que más le seduce a la hora de contar historias pasadas?
Casi siempre selecciono el momento histórico lo primero. Hay veces que documentándome para un libro surge un hecho o situación que despierta mi interés. Luego es cuestión de investigar ese momento, enlazar situaciones reales con las ficticias y añadirle unos personajes que ofrezcan otra historia más personal.
¿Qué proyectos literarios tiene en estos momentos entre manos?
Demasiados. Continúo la vida de Maximiliano Cid, descendiente del protagonista de Guardianes de la Alhambra. Tengo pendiente un proyecto muy querido que confío en que salga adelante sobre literatura infantil. En septiembre espero que se reedite una nueva versión de La luna sobre La Sabika (mi primera novela) en la editorial Zumaya y por supuesto confío en poder seguir colaborando en esta editorial en su colección de narrativa, en la revista Entreríos de Granada y en la Sección Érase un cuento del periódico Heraldo del Henares o en la Biblioteca Imaginaria de Cristina Monteoliva. Tampoco descuidaré mis artículos periodísticos en diferentes revistas. Eso es lo principal, pero siempre hay más cosas.
¿Cree que los escritores hemos ido perdiendo imaginación a cambio de un puesto en el mercado editorial?
Cuando firmas un contrato importante o ganas un premio importante dejas de ser todo lo libre que necesitarías ser para escribir. Pero es un círculo vicioso porque sin contratos y a veces, sin premios, en la literatura, no eres nadie. El mercado editorial es muy cruel con los escritores que empiezan y con los que intentan mantenerse. Y a veces te tienta el camino más fácil.
¿Qué le mueve a escribir?
La necesidad, la vocación, la inspiración…
¿La literatura aragonesa goza de buena salud?
A tenor de lo que he podido leer en la Sección del Heraldo del Henares no hay ninguna duda. Yo ya conocía a escritoras de novela histórica como Angeles de Irisarri, Magdalena Lasala o José Luis Corral, pero he de decir que ha sido todo un honor conocer a grandes escritores aragoneses o relacionados con Aragón como José Luis Gracia Mosteo, a Angélica Morales (ella bien lo sabe), a Miguel Mena, a Luis Borrás, a Antón Castro…en fin, personas de gran valía.
Y para finalizar, ¿conocía la Asociación Aragonesa de Escritores?
He de reconocer que no. Aunque gracias a los cuentistas y al Heraldo del Henares he podido saber de su labor y creo que hay que felicitarla porque asociaciones que defiendan e informan a los escritores no hay muchas. Y esto hay que fomentarlo.
15.6.10
RECOMENDACIÓN : “DICCIONARIO DEL HABLA GRANAÍNA” y “EL HABLA MALAGUEÑA” DE ALFREDO LEYVA.


Somos como hablamos. Con nuestra entonación y nuestras palabras peculiares. No hay dos personas que hablen igual, ni siquiera habiendo nacido en el mismo lugar. Tendemos a confundir a canarios con extremeños, a gallegos con asturianos. ¿No habrían de ser menos todos los andaluces?
Alfredo Leyva, granaíno y afincado en Málaga es un mestizo auténtico, es decir, un grañagueño, una mezcla entre granaíno y malagueño, que sin perder su origen ha sabido aprovechar lo bueno de ambas tierras.
Leyva dice que tiene el virus de la granaditis y estoy muy segura que nada hace por sobreponerse a él, más bien hace todo lo posible por infectarnos a todos nosotros.
Escritor de ensayos y cuentos, Leyva se destaca por un género, cuando menos, difícil: el de los diccionarios. En su haber tiene ya dos:“Diccionario del habla granaína” y “El habla malagueña” y pendiente está de un tercero. Posee un virtuosismo nada frecuente con la catalogación y traducción de cada idioma andaluz y de sus muchas palabras, las que, cotidianamente, utilizamos. Y créanme que es difícil ordenarlas y traducirlas. Vean un ejemplo de lo que digo:
DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE EL HABLA MALAGUEÑA Y GRANAÍNA
Ejemplos de palabras diferentes con el mismo significado
malagueño/granaíno
empeñar/embarcar: verbo. Introducir algo sin intención. Ejemplo: el niño ha empeñao/embarcao la pelota en el balcón del vecino.
abuelito/bulanico: semilla volátil de gramínea.
buchito/bocaná: trago o sorbo. Ej. Le voy a dar un buchito/bocaná al cachucho/pipote que lo voy a dejar temblando.
cachucho/pipote: botijo.
amahquillo/abarcoque: albaricoque.
abeh/aeh: ¿sabes?. Coletilla final con la que se termina una frase en Málaga/Graná. Pregunta retórica. Ej. Nos vamos a pegar una pechá/pansá de zerveza/servesa, abeh/aeh.
abrigo/saquito: prenda de vestir, jersey jubón suéter.
piarda/rabona: saltarse una clase o dejar de ir un día al colegio.
pechá/pansá: abundancia, cantidad desmesurada de algo.
nípero/níhpora: níspola, fruto del níspero.
vichitolúh/candilico: luciérnaga.
Si quieren saber más sobre este asombroso personaje que convierte las sonidos en palabras, lean primero la entrevista que tuve el placer de realizarle para el Heraldo del Henares :
www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=5278
Y luego, lógicamente, compren sus libros, que son una maravilla.
13.6.10
FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2010

Finalmente he firmado en la Feria del Libro de Madrid, el último día. No ha llovido y la gente me ha comentado alguna cosa que me alegrarán los días venideros. También ha sido una ocasión para hacer amistad con escritores a los que admiro o a los que no conocía salvo por el correo electrónico. Ha sido magnífico poder compartir unos minutos con Medardo Fraile, Angeles de Irisarri,Norberto Luis Romero, Andrés Neuman, Joaquin Barredo, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Miguel Angel Zapata, Miguel Angel Cáliz, Alicia Banderas y Miguel Sanfeliú. Además de servir como medio para relacionar al público con los autores, las ferias de libros ayudan a la buena relación entre los escritores. Es un momento en el que sólo se desea aportar algo bueno a la literatura.
7.6.10
26.5.10
ENTREVISTA A NUESTRA AMIGA CRISTINA MONTEOLIVA DIRECTORA Y CREADORA DE LA BIBLIOTECA IMAGINARIA.
Aquí os dejo el link, una magnífica entrevista que nos desvela los comienzos de esta Biblioteca nada imaginaria pues nos ofrece cada semana la realidad de la literatura.
La encontraréis en : www.redyaccion.com
La encontraréis en : www.redyaccion.com
23.5.10
RECOMENDACIÓN: LOS LÍQUENES DEL SUEÑO DE ANGEL OLGOSO

Aquí os dejo la contraportada del nuevo libro de Angel Olgoso. No he querido dejar de recomendarlo, aún sin haberlo leído, porque Olgoso es uno de los escritores más brillantes del género del cuento y a uno de los que más aprecio. Su obra lo acredita, así que tendré el placer inmenso de poder reseñarlo cuando llegue el momento, mientras tanto quede aquí la contraportada de su libro editado por Tropo editores. Y desde aquí le deseo todo el éxito que se merece:
En LOS LÍQUENES DEL SUEÑO Ángel Olgoso reúne, en un solo volumen, la primera mitad de sus tres décadas de cultivo del relato breve. En este libro -una rotunda afirmación de los sueños y la imaginación, un cosmos sombrío pero cargado de maravillas- ya se encuentran todos los rasgos que caracterizarán su producción posterior: al derroche imaginativo se suman la riqueza y precisión del lenguaje, la versatilidad que le permite situar las historias en cualquier época o lugar, la destreza de miniaturista para condensar un orbe en pocas palabras, la gran variedad de recursos y de registros y, conectándolo todo, un humor negro, sorpresivo, y un marcado gusto por lo fantástico e inquietante.
El libro está conformado por seis grupos de relatos (Las mixtiones naturales, Gabinete victoriano, Los lanceros del tiempo, Los baobabs, Cuentos del fumadero y Coreografías del guardagujas alegre), seis ecosistemas donde los textos permanecen unidos por una pulsión interna que arrastra al lector hacia mundos desconocidos o imposibles, hacia el encuentro con diversas facetas de la realidad y de sí mismo, donde conviven la densidad y originalidad de las atmósferas con la voluntad de experimentación, las narraciones de diversa extensión con numerosos microrrelatos, escritos en una época en la que era poco frecuente un género tan novedoso y arriesgado.
“Ángel Olgoso es un escritor de culto, un maestro del cuento y de lo inquietante, con una prosa rica y exacta y la mejor artillería perturbadora, oscura y fantástica”
(Juan Jacinto Muñoz Rengel)
“La obra de Olgoso despide el aroma y el sabor de esa fórmula que creíamos perdida: la felicidad de la pura literatura. Esto genera en quienes la leen la acuciante sensación de descubrimiento de un tesoro”
(Jesús Ortega)
“Ángel Olgoso tiene una capacidad verbal e imaginativa que es una excepción en la literatura que ahora mismo se escribe en España”.
(Justo Navarro)
17.5.10
ENTREVISTA PARA GRANADA HOY POR JOSE ABAD
"La diferencia que rechazamos es en realidad nuestra identidad"
Lo de Carolina Molina con Granada es una historia de amor apasionada que ha dado ya cuatro libros -el último de los cuales, 'Guardianes de la Alhambra', se encuentra actualmente en las librerías-, y todo apunta a que vendrán más.
Éste es el comienzo de la entrevista, si queréis saber más sobre la entrevista que me realizó José Abad el 15 de mayo de 2010 podéis pinchar en: http://www.granadahoy.com/entrevistas
Desde aquí le agradezco a José su amabilidad y buen hacer.
Lo de Carolina Molina con Granada es una historia de amor apasionada que ha dado ya cuatro libros -el último de los cuales, 'Guardianes de la Alhambra', se encuentra actualmente en las librerías-, y todo apunta a que vendrán más.
Éste es el comienzo de la entrevista, si queréis saber más sobre la entrevista que me realizó José Abad el 15 de mayo de 2010 podéis pinchar en: http://www.granadahoy.com/entrevistas
Desde aquí le agradezco a José su amabilidad y buen hacer.
EL PATRONATO DE LA ALHAMBRA RECOMIENDA GUARDIANES DE LA ALHAMBRA:
Agradezco al Patronato la recomendación de mi novela Guardianes de la Alhambra:
http://www.alhambra-patronato.es/index.php/Este-mes-recomendamos/864+M51af1e74d94/0/?&cHash=fe8075a5b4
http://www.alhambra-patronato.es/index.php/Este-mes-recomendamos/864+M51af1e74d94/0/?&cHash=fe8075a5b4
8.5.10
RECOMENDACIÓN: "AMAR EN MARTES DE ANGÉLICA MORALES"

Angélica Morales, nacida en Teruel pero atada a Huesca por lazos de convivencia, ha conseguido sacarle un tiempo precioso a su otra vocación, la de la escena, para escribir un inusitado libro de cuentos titulado Amar en martes. A veces no se sabe bien si Angélica es una actriz que escribe o una escritora que interpreta. “A mí me gusta pensar que soy artista, asegura Angélica Morales, es una palabra que al pronunciarla evoca la alegría. Además, cuando empecé a coquetear con los escenarios, en primero de bachillerato, Concha Velasco cantaba eso de “Mamá quiero ser artista”. También escribía poesía y culebrones mejicanos. Me encantaba escribir culebrones, y como mi madre era una lectora empedernida de novelas de jazmín, un día me retó a que escribiera una. Así que poco a poco comenzó a gestarse en mí esa dualidad. Interpretar historias y escribirlas”.
Angélica Morales es dulce y sofisticada, cosmopolita con gran manejo de la estética rural, se decanta por temas universales pero no por eso menos inquietantes, como el amor y el sexo o la vida y la muerte. “La muerte llamó a mi puerta y no me quedó más remedio que hacerle sitio. Cuando estaba empezando a escribir “Amar en martes” falleció mi tía Chon, la persona a la que más quería en el mundo; ella era todo para mí y, de repente, sin previo aviso, empezó a morirse, con esa rapidez del cáncer que fulmina y te hace un corte de mangas. A partir de ese momento el tono del libro cambió. Mi prioridad fue mi tía, buscarla más allá de la muerte, en la muerte misma. Es cierto que “Amar en martes” es un libro que rezuma tristeza, pero no he querido quedarme en el lamento y la queja gratuita, pienso que, a pesar de su latente melancolía, hay esperanza.”.
En sus cuentos vemos a mujeres solitarias, incapaces de amar o de ser amadas, maltratadas por la vida. La muerte y el tiempo acechándose mutuamente. Un tiempo que sucede en la nada del tiempo, como el martes, día incómodo para el resto de los días de la semana. “El martes suena a misterio y maldición.” Las historias de Morales nos arrastran por su sensualidad hasta atraparnos con garras feroces. “Ese es el pequeño secreto del libro. No sucede nada y de pronto todo se altera, los relatos se rompen al final por un imprevisto, es como si fuesen escritos a traición. He de reconocer que me gusta engañar al lector, hacer que confíe en mí y después apuñalarlo con cariño.” Y bien que lo consigue. “Amar en martes” es un libro dispuesto a luchar por su justo lugar entre las publicaciones de las grandes editoriales, pero eso parece no importarte a Angélica Morales que tiene claro que lo importante es hacer aquello que uno quiere hacer, apostar por la lealtad El talento tarde o temprano acaba por florecer y si siembras bien, al final acabas recogiendo frutos jugosos.
Estoy convencida de que esos frutos podrá disfrutarlos, Angélica Morales, muy muy pronto.
RECOMENDACIÓN: "ÚLTIMA NOCHE EN GRANADA DE FRANCISCO ORTIZ".
Recomiendo vivamente esta primera novela del granadino Francisco Ortiz. Para que lo conozcáis mejor aquí os dejo el link de la entrevista que me concedió para el Heraldo del Henares:
www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=4935
21.4.10
FERIA DEL LIBRO DE GRANADA 2010



El pasado sábado día 17 de abril, a las 19h horas firmé en la caseta de firmas de la Feria del Libro de Granada. Fue un momento emotivo el poder relacionarme con granadinos que se interesaban por mis Guardianes de la Alhambra y me comentaban lo mucho que quieren su tierra. También tuve la oportunidad de reencontrarme con amigos como José Luis Gastón Morata, con Angel Olgoso, con Miguel Ángel Moleón, Javier Villoria o Concha González-Badía, así como con mi nueva amiga Beatriz que tan amablemente me ha tratado desde hace unos meses y a la que estaré eternamente agradecida, igual que a su madre Soco (tan guapa como ella y con la misma vitalidad).
También aproveché la visita a Granada para dar unas charlas en las bibliotecas del Zaidín y de la Chana. Me recibieron con los brazos abiertos y yo estuve muy contenta de compartir mis trabajos. Agradezco a Angeles Jiménez Vela; a Fina y a su amable esposo; a Ángeles y a Pedro Megías su apoyo y simpatía.
5.3.10
EXPOSICION AGUA, AZUCARILLOS Y AGUARDIENTE.
El pasado jueves día 4 de marzo tuvo lugar la inauguración de la exposición Agua, azucarillos y aguardiente, en la Sede de la Fundación Aljibe del Rey (Plaza Cristo de las Azucenas s/n de GRANADA). La exposición ha sido realizada con mucho cariño por distintos profesionales relacionados con la arquelogía dentro de un marco incomparable como es el propio Aljibe del Rey, un carmen paradisíaco con vistas excepcionales.
El catálogo de la exposición, coordinado entre otros por Inmaculada de la Torre, arqueóloga, y con texto de Cristina Viñes complementan este paseo por la vida cotidiana de la antigua Granada. Curiosidades y una clara intención didáctica para una pequeña exposición que durará hasta el 25 de marzo.
Links relacionados: http://www.radiogranada.es/modules.php?name=News&file=print&sid=60313
1.3.10
RECOMENDACION: LA BIBLIOTECA IMAGINARIA

La guapísima y amable Cristina Monteoliva ha escrito una entrevista magnífica sobre mi novela "Guardianes de la Alhambra". Recomiendo vivamente que la leáis y que, en el futuro, sigáis el trabajo de Cristina que me ha sorpredido por su profesionalidad.
Desde aquí le agradezco su confianza y apoyo.
LA BIBLIOTECA IMAGINARIA: http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php
Arriba en la foto converso con ella y con el también escritor José Cruz.
NOTAS DE PRENSA "GUARDIANES DE LA ALHAMBRA"
VIDEO TELEVISION GRANADA: http://www.radiogranada.es/modules.php?name=News&file=article&sid=60207
REPORTAJE PERIODICO IDEAL: http://www.ideal.es/granada/v/20100217/cultura/hombres-washington-irving-20100217.html
REPORTAJE PERIODICO IDEAL CON MOTIVO DE LA PRESENTACIÓN: http://www.ideal.es/granada/v/20100226/cultura/romanticos-salvaron-alhambra-20100226.html
REPORTAJE GRANADA HOY: http://www.granadahoy.com/article/ocio/640526/washington/irving/se/convierte/personaje/una/novela.html
HERALDO DEL HENARES: www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=4070
REPORTAJE PERIODICO IDEAL: http://www.ideal.es/granada/v/20100217/cultura/hombres-washington-irving-20100217.html
REPORTAJE PERIODICO IDEAL CON MOTIVO DE LA PRESENTACIÓN: http://www.ideal.es/granada/v/20100226/cultura/romanticos-salvaron-alhambra-20100226.html
REPORTAJE GRANADA HOY: http://www.granadahoy.com/article/ocio/640526/washington/irving/se/convierte/personaje/una/novela.html
HERALDO DEL HENARES: www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=4070
PRESENTACION DE GUARDIANES DE LA ALHAMBRA EN GRANADA.




La sala de la Fundación Andaluza de la Prensa donde presentábamos mi novela se llenó. La presentación corrió a cargo de Blanca Rosa Roca, la editora y de Javier Villoria, profesor de la Universidad de Granada y referente absoluto en la figura de Washington Irving. Maria del Mar Villafranca, directora del Patronato no pudo asistir. Y mi querida Cristina Viñes tampoco, a ambas las echamos de menos pero las recordamos con cariño. Tanto Blanca Rosa como Javier estuvieron a mi lado, apoyándome y arropándome como todos los amigos que se desplazaron en esa tarde lluviosa a saludarme. Y hubo de todo, profesores de universidad como José Manuel Gómez-Moreno Calera; escritores como José Luis Gastón Morata que aportó su gracejo granadino; arquitectos como Fernando Acale a quien admiro; arqueólogos como mi queridísima Inmaculada de la Torre que ahora coordina una maravillosa exposición en el Aljibe del Rey de la Fundación Aguagranada (Agua, azucarillos y aguardiente); novelistas como José Manuel García Marín que tuvo que desplazarse desde Málaga; José Luis Serrano; Mari Luz Escribano, tan amigable; mi ángel guardián Remedios Sánchez, ambas incansables en su actividad de sacar adelante la revista Entreríos y su nuevo proyecto la editorial “Zumaya”; los descendiente del admirable Seco de Lucena con cuya asistencia me sentí honrada; los escritores, periodistas y compañeros de Heraldo José Cruz, Concepción González-Badía, Cristina Monteoliva (qué guapa), Francisco Ortiz y José Abad; La Jefa de las Bibliotecas de Granada, Ángeles Jiménez Vela, mi primera amiga en la ciudad; amigos como Alicia y otros nuevos, como Cristina alta y rubia que esperaba impaciente la publicación de su primer libro y a quien deseo todo lo mejor. El presidente de la Fundación Andaluza de la Prensa, Antonio Mora, aportó su gratificante punto de vista y entre todos pudimos hacer de una tarde triste de paraguas, una velada agradable y dinámica que yo agradezco de forma muy sincera.
19.2.10
LOS HOMBRES DE WASHINGTON IRVING. JL TAPIA. PERIÓDICO IDEAL.(17/02/10)
La escritora Carolina Molina (Madrid, 1963) publica la novela 'Guardianes de la Alhambra' (Ed. Rocaeditorial), un título que aborda las gentes y acontecimientos que Washington Irving conoció y vivió en Granada, aquellos personajes que habitaron los palacios nazaríes y que se transformaron en sus primeros protectores.
La historia relatada por Carolina Molina tiene su antecedente en la presencia del escritor estadounidense en la ciudad de Granada. En marzo de 1828, Washington Irving, quien se encontraba instalado en Madrid, inició su viaje soñado al sur de España en compañía de unos amigos de la embajada rusa. Tras una estancia de tres días en Córdoba, Irving llegó a Granada el 9 de marzo, a la caída de la tarde. El escritor permaneció diez días en la ciudad, alojado en «una de las posadas más miserables de Granada», según dejó escrito en una de sus cartas. Irving se adelantó a las futuras rutas turísticas por la ciudad al visitar la Catedral y la Capilla Real, Santo Domingo, la Cartuja y el Sacromonte, además de la obligada Alhambra y el Generalife. El 20 de marzo, Irving dejó Granada para dirigirse a Sevilla.
La casualidad, ingrediente fundamental en cualquier historia, hizo que el escritor se encontrara en la capital hispalense con el pintor David Wilkie y entablara amistad con la escritora Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero), marquesa de Arco Hermoso. El artista fue quien le sugirió a Irving que escribiera algo sobre el pasado andalusí, pero como si de un pintor se tratara, que describiera escenas alhambreñas. La marquesa de Arco Hermoso, por su parte, se encargó de ilustrar al autor de 'Los cuentos de la Alhambra' sobre todas las leyendas existentes relacionadas con el pasado islámico, que entusiasmaron al americano. Enseguida emprendió el primero de los cuentos y decidió volver a Granada en busca de más material.
La historia relatada por Carolina Molina tiene su antecedente en la presencia del escritor estadounidense en la ciudad de Granada. En marzo de 1828, Washington Irving, quien se encontraba instalado en Madrid, inició su viaje soñado al sur de España en compañía de unos amigos de la embajada rusa. Tras una estancia de tres días en Córdoba, Irving llegó a Granada el 9 de marzo, a la caída de la tarde. El escritor permaneció diez días en la ciudad, alojado en «una de las posadas más miserables de Granada», según dejó escrito en una de sus cartas. Irving se adelantó a las futuras rutas turísticas por la ciudad al visitar la Catedral y la Capilla Real, Santo Domingo, la Cartuja y el Sacromonte, además de la obligada Alhambra y el Generalife. El 20 de marzo, Irving dejó Granada para dirigirse a Sevilla.
La casualidad, ingrediente fundamental en cualquier historia, hizo que el escritor se encontrara en la capital hispalense con el pintor David Wilkie y entablara amistad con la escritora Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero), marquesa de Arco Hermoso. El artista fue quien le sugirió a Irving que escribiera algo sobre el pasado andalusí, pero como si de un pintor se tratara, que describiera escenas alhambreñas. La marquesa de Arco Hermoso, por su parte, se encargó de ilustrar al autor de 'Los cuentos de la Alhambra' sobre todas las leyendas existentes relacionadas con el pasado islámico, que entusiasmaron al americano. Enseguida emprendió el primero de los cuentos y decidió volver a Granada en busca de más material.
En su primera estancia granadina había conocido a Mateo Jiménez, en la vida real llamado Matías, quien le sirvió de guía en aquella Alhambra de la imaginación y la leyenda. Uno de los aspectos que el escritor admirará de aquellos guardianes de la Alhambra será su arte para vivir sin hacer nada, y así lo expresó en varios de sus escritos.
Carolina Molina describe la Alhambra de 1829, un espacio abandonado por donde deambulaban todo tipo de personajes. Un dato que da idea de lo que era el recinto nazarí viene ofrecido por los incesantes expolios, un lugar que llegó a convertirse en una especie de penal, de albergue para exiliados políticos, un auténtico retiro de ensueño en una Granada sorprendida por las desamortizaciones.
Irving se dirigió a la residencia del gobernador de la ciudad, Francisco de la Serna, a quien le entregó unas cartas de presentación. No hicieron falta las recomendaciones, porque el entusiasmo del escritor era más que notorio. El gobernador puso a disposición de Irving sus propias estancias alhambreñas, una residencia de lujo que le convirtió en el primer huésped de la Alhambra. A partir de este punto, la historia es muy conocida gracias a sus conocidos 'Cuentos de la Alhambra', donde también se recogen las peripecias de Mateo.
Carolina Molina le ha proporcionado a Irving un nuevo amigo, el artista Manuel Cid, un joven pintor, que recogerá el testigo de su amor por la Alhambra. Cuando Irving abandona su residencia alhambreña será Cid el guía de todos los viajeros románticos que llegan a Granada inspirados por la obra del escritor estadounidense.
Carolina Molina describe la Alhambra de 1829, un espacio abandonado por donde deambulaban todo tipo de personajes. Un dato que da idea de lo que era el recinto nazarí viene ofrecido por los incesantes expolios, un lugar que llegó a convertirse en una especie de penal, de albergue para exiliados políticos, un auténtico retiro de ensueño en una Granada sorprendida por las desamortizaciones.
Irving se dirigió a la residencia del gobernador de la ciudad, Francisco de la Serna, a quien le entregó unas cartas de presentación. No hicieron falta las recomendaciones, porque el entusiasmo del escritor era más que notorio. El gobernador puso a disposición de Irving sus propias estancias alhambreñas, una residencia de lujo que le convirtió en el primer huésped de la Alhambra. A partir de este punto, la historia es muy conocida gracias a sus conocidos 'Cuentos de la Alhambra', donde también se recogen las peripecias de Mateo.
Carolina Molina le ha proporcionado a Irving un nuevo amigo, el artista Manuel Cid, un joven pintor, que recogerá el testigo de su amor por la Alhambra. Cuando Irving abandona su residencia alhambreña será Cid el guía de todos los viajeros románticos que llegan a Granada inspirados por la obra del escritor estadounidense.
Visitas ilustres
La novela relata las visitas de Mérimeé, Gautier, Richard Ford y Dumas, entre otros, a la Alhambra. A todos y muchos más sirve Cid de cicerone apasionado. No puede faltar en una novela granadina de la autora madrileña el romance, y mucho menos en una época de exaltación del romanticismo. Manuel Cid encarna el papel de hombre romántico e impetuoso que sólo ha conocido dos amores, el de la lucha por la conservación de la Alhambra y el de la joven Francesca, una condesa italiana con quien experimentará un amor adúltero y arrebatado. Ni las maldades que urde su esposa contra él al verse engañada, ni los desbordamientos del río Darro, ni la llegada del cólera morbo a la ciudad, ni siquiera los incendios que devastarán calles y casas del centro histórico, conseguirán separarlo de Francesca.
Historia y ficción se unen en esta novela de corte romántico, y no sólo en lo que se refiere a la época. La escritora describe el mundo de los viajeros románticos, la llegada de David Roberts, el pintor escocés creador de las imágenes más reproducidas del monumento. Entre los acontecimientos que vivirán los 'Guardianes de la Alhambra' se encuentran la detención y ejecución de una joven mujer de ideología liberal llamada Mariana Pineda y también el nacimiento de otra mujer, Eugenia de Montijo, que llegó a ser emperatriz de Francia.
La atmósfera de la novela de Molina se compone de ese ambiente entre la decadencia de las estancias nazaríes y el comienzo de su esplendor a través de la imagen que dieron los viajeros románticos de la Alhambra. Granada, en aquellos años, distaba de esa visión que ofreció Irving, siendo una ciudad de epidemias, expolios, inundaciones e incendios. Pero siempre permanecieron los guardianes.
Historia y ficción se unen en esta novela de corte romántico, y no sólo en lo que se refiere a la época. La escritora describe el mundo de los viajeros románticos, la llegada de David Roberts, el pintor escocés creador de las imágenes más reproducidas del monumento. Entre los acontecimientos que vivirán los 'Guardianes de la Alhambra' se encuentran la detención y ejecución de una joven mujer de ideología liberal llamada Mariana Pineda y también el nacimiento de otra mujer, Eugenia de Montijo, que llegó a ser emperatriz de Francia.
La atmósfera de la novela de Molina se compone de ese ambiente entre la decadencia de las estancias nazaríes y el comienzo de su esplendor a través de la imagen que dieron los viajeros románticos de la Alhambra. Granada, en aquellos años, distaba de esa visión que ofreció Irving, siendo una ciudad de epidemias, expolios, inundaciones e incendios. Pero siempre permanecieron los guardianes.
REVISTA EL LEGADO ANDALUSÍ UNA SOCIEDAD MEDITERRANEA. Nº 39.
Dos artículos de interés relacionados con la Alhambra. La Alhambra en ruinas y Anecdotario granadino de los viajeros románticos.
20.11.09
RECOMENDACIÓN: “UNA MAÑANA DE MARZO” DE JOAQUÍN M. BARRERO.

Joaquín M. Barrero es un hombre sencillo, un poco tímido, pero muy atento y afectuoso. Todas estas cualidades deberían ser más que suficientes para valorar su calidad humana, sin embargo Barrero no es sólo un hombre, es un escritor. En estos tiempos, se presupone que el escribir es tarea de los famosos y como los conocemos por salir en la pantalla televisiva, damos por supuesto que lo hacen bien. No sé lo que motiva que un hombre como Barrero, que tiene a sus espaldas diez ediciones de la novela “El tiempo escondido” no sea conocido del gran público. A tenor de la venta de sus libros deberíamos creer que lo conoce mucha gente, pero no es así. Porque el escritor de verdad, el que se dedica a escribir, no tiene tiempo para dejarse conocer. Por eso siempre he pensando que un buen escritor también ha de ser buena persona. Éste es el caso de Barrero.
El pasado día 19 de noviembre presentó su última novela “Una mañana de marzo” en el Centro Asturiano de Madrid (C/ Farmacia, 2). La novela, editada por Ediciones B sigue la línea de las anteriores, se centra en un caso más del detective Corazón Rodríguez, cuyo despacho es asaltado violentamente. Todos sus archivos desaparecen, pero gracias a las copias de seguridad establece que hay tres casos que pueden haber motivado el atraco: la desaparición en 1956 de un coronel del Estado Mayor, la búsqueda de una mujer que mantuvo una intensa relación con un brigadista inglés al comienzo de la Guerra Civil, y el rapto de una joven alemana por una red de prostitución. Corazón se adentra en el tiempo y, con el lector, descubre las grandezas y las miserias de unos seres atrapados en trágicos momentos de la historia de España con el conmovedor fondo de los niños enviados a la URSS en 1937.
“Una mañana de marzo” es un thriller al que hay que poner atención. Difícil es poder contar en un solo libro tantas historias en sus distintas épocas. Ustedes decidirán si Barrero ha conseguido llegar a la calidad de sus novelas anteriores.
Mientras lo hacen, permítanme que le desee la suerte que otros tuvieron sin merecerla, escribiendo o no escribiendo… o acudiendo a programas de televisión.
Y déjenme terminar recordando el olor de la sidra esparciéndose por las escaleras del Centro Asturiano de Madrid, cuando ya volvía a mis otros quehaceres con el libro de Barrero entre mis manos, dedicado cariñosamente. Ese olor me recordó que antes de Granada tuvo Asturias un lugar destacado en mi corazón.
18.11.09
Los maestros del cuento, en El Heraldo del Henares
Norberto Luis Romero, Mari Luz Escribano, Ángel Olgoso, Angelina Lamelas, Miguel Sanfeliu, José Cruz Cabrerizo, Anabel Cornago, José Ignacio Velasco Montes, José Manuel García Marín, José Vicente Pascual, serán algunos de los escritores de cuentos en castellano que poblarán la columna “Érase un cuento”, que acaba de poner en marcha el diario digital de Guadalajara, www.elheraldodelhenares.es, que dirige el periodista y escritor Roberto Mangas.
Esta columna, coordinada por la también escritora Carolina Molina, pretende ser un escaparate abierto al universo virtual de Internet a fin impulsar el cuento en lengua castellana.
Se trata, en palabras de Mangas, “de ofrecer en pequeñas dosis los mejores cuentos escritos por los mejores autores de la actualidad, para que aquellos que todavía no se han acercado a este género literario, con mayúsculas, puedan hacerlo de forma sencilla, con tan solo un clic de ratón. Estoy seguro que la fuerza cautivadora que van a imprimir los relatos seleccionados harán que el lector busque luego los libros en los que ampliar la lectura de narraciones tan bellas”.
Por su parte, Molina ha señalado que “el cuento ha sido un género ignorado en la mayoría de los casos, considerado incluso de segunda categoría, sólo ensalzado si su autor ha sido avalado por ventas masivas o premiado en certámenes. Por ello, para quien los desdeña acusándolos de simples, habremos de argumentar que el cuento no es forzosamente infantil. Cuentos hay muchos, tantos como novelas. Fantásticos, románticos, históricos, infantiles o incluso eróticos”.
El escritor argentino pero afincado en España, Norberto Luis Romero, Premio Tiflos de Literatura de la ONCE, ha sido el encargado de abrir la sección, con el cuento Gráfilos, un divertido relato sobre esos animales pequeñísimos, que pueblan las páginas de los libros…
Seguirá la granadina Mari Luz Escribano, profesora y cuentista, que demostró una admirable maestría con Los caballos ciegos. De ella se ha dicho que podría ser la Katherine Mansfield del páramo castellano.
También granadino es Ángel Olgoso, todo un referente entre los cuentistas de este país, que tiene en su haber numerosos premios, entre ellos el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos convocado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.
La santanderina Angelina Lamelas, de gran trayectoria en el relato breve pero también en la poesía y en el cuento infantil, ha recibido distintos premios, como el Hucha de Oro en 1971 o más recientemente el Alfonso Martínez-Mena en 2002.
Esta columna, coordinada por la también escritora Carolina Molina, pretende ser un escaparate abierto al universo virtual de Internet a fin impulsar el cuento en lengua castellana.
Se trata, en palabras de Mangas, “de ofrecer en pequeñas dosis los mejores cuentos escritos por los mejores autores de la actualidad, para que aquellos que todavía no se han acercado a este género literario, con mayúsculas, puedan hacerlo de forma sencilla, con tan solo un clic de ratón. Estoy seguro que la fuerza cautivadora que van a imprimir los relatos seleccionados harán que el lector busque luego los libros en los que ampliar la lectura de narraciones tan bellas”.
Por su parte, Molina ha señalado que “el cuento ha sido un género ignorado en la mayoría de los casos, considerado incluso de segunda categoría, sólo ensalzado si su autor ha sido avalado por ventas masivas o premiado en certámenes. Por ello, para quien los desdeña acusándolos de simples, habremos de argumentar que el cuento no es forzosamente infantil. Cuentos hay muchos, tantos como novelas. Fantásticos, románticos, históricos, infantiles o incluso eróticos”.
El escritor argentino pero afincado en España, Norberto Luis Romero, Premio Tiflos de Literatura de la ONCE, ha sido el encargado de abrir la sección, con el cuento Gráfilos, un divertido relato sobre esos animales pequeñísimos, que pueblan las páginas de los libros…
Seguirá la granadina Mari Luz Escribano, profesora y cuentista, que demostró una admirable maestría con Los caballos ciegos. De ella se ha dicho que podría ser la Katherine Mansfield del páramo castellano.
También granadino es Ángel Olgoso, todo un referente entre los cuentistas de este país, que tiene en su haber numerosos premios, entre ellos el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos convocado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.
La santanderina Angelina Lamelas, de gran trayectoria en el relato breve pero también en la poesía y en el cuento infantil, ha recibido distintos premios, como el Hucha de Oro en 1971 o más recientemente el Alfonso Martínez-Mena en 2002.
Ésta es la nota de prensa pero yo animo a todos los que tengáis blogs y os gusten los cuentos a incorporarla, de manera que entre todos podamos divulgar esta iniciativa que tiene una doble vertiente, por un lado la de hacer conocer al lector la calidad de los cuentos y por otra animar a las editoriales a publicarlos.
Estad atentos a los cuentos que publicará el Heraldo de Henares, pues cada día se une un autor/ra digno de ser leído.
15.11.09
RECOMENDACIÓN: HERALDO DE HENARES. (Director: Roberto Mangas)
En este blog he decidido recomendar de todo. Todo lo interesante, se entiende. No sólo libros, ni cuadros (lo que haré próximamente). Porque no sólo es recomendable el arte o el ingenio, también puede serlo el simple hecho de realizar una actividad de forma responsable, lo cual ya es decir mucho en estos tiempos. Cuando conocí a Roberto Mangas, allá por el 1982, éramos ambos dos estudiantes de primer curso de Periodismo. Fuimos la generación de la democracia, aquella que tenía una esperanza clara en poder trabajar vocacionalmente y de hecho ambos siempre luchamos por seguir escribiendo. No sé bien si la meta de Mangas era crear el Heraldo de Henares, pero estoy convencida que ha sido un pequeño sueño realizado; empeño personal que lleva tras de sí un duro trabajo y una acertada dirección.
En palabras propias de Roberto Mangas tiempo antes de publicarse en Internet el Heraldo de Henares ya era director de una revista en papel, Por Cuenta Propia, cultural, de carácter mensual, pero quedaban muchos frentes por cubrir, sobre todo, la actualidad pura y dura y el comentario de opinión instantáneo. No es fácil rodearse de gente comprometida y con opinión crítica, ni con deseosos de realizar bien una labor sin ánimo lucrativo. Hoy, desde luego, hay ciertos valores que se han desintegrado para dar paso a términos tan lamentables como la fama. Desde aquí quiero contribuir a divulgar este periódico del que transcribo su primera reseña, el día 1 de marzo, aclaratoria de todo cuanto digo:
Guadalajara cuenta desde hoy con un nuevo medio de comunicación: EL HERALDO DEL HENARES.
Dirigido por el periodista Roberto Mangas Morales y editado por la Asociación Henares Natura, este diario pretende ocupar un puesto de referencia entre los lectores alcarreños que, además de información, buscan una opinión con la que contrastar sus propios puntos de vista.
Este nuevo periódico tratará de informar de todos aquellos acontecimientos que se produzcan en Guadalajara y su provincia, sin dejar de lado la información regional y aquellas convocatorias procedentes de la Universidad de Alcalá de Henares.
La cultura y la opinión tendrán un lugar destacado en el quehacer diario de EL HERALDO DEL HENARES. Son varias las firmas de opinión que forman parte desde el primer día de su plantel. La política de la mano de José Vicente García Sánchez y del letrado Andrés Ruiz Cubero; los libros con Mercedes García Granizo; la literatura y el cine a cargo del escritor y experto en publicidad, Santiago García Clairac; la psicología con Isabel García Santiago; el humor gráfico de Ubaldo… Además, está previsto que en breve se incorporen nuevos colaboradores para ampliar la opción de temas tratados y la pluralidad de los mismos.
Y es que este Heraldo, al igual que los primeros correos de la historia, quiere ser el primero en transmitir las buenas noticias que siempre suponen para la Humanidad la creación literaria, artística, técnica, científica, cinematográfica...
EL HERALDO DEL HENARES no viene a competir con nadie. Tan solo nace con el compromiso de complementar el amplio abanico de cabeceras de prensa impresa y digital ya existente en Guadalajara y su provincia y ofrecer a sus lectores un punto de vista más. En manos de ellos, de los lectores, ponemos nuestro futuro.
Bienvenidos a EL HERALDO DEL HENARES.
No tengo que decirlo, porque él ya lo sabe, pero como ustedes no, he de expresar que estoy orgullosa de lo que ha conseguido y de haber compartido con él los primeros años de la facultad.
Para acceder al Heraldo de Henares pinchar aquí: http://www.elheraldodelhenares.es/
En palabras propias de Roberto Mangas tiempo antes de publicarse en Internet el Heraldo de Henares ya era director de una revista en papel, Por Cuenta Propia, cultural, de carácter mensual, pero quedaban muchos frentes por cubrir, sobre todo, la actualidad pura y dura y el comentario de opinión instantáneo. No es fácil rodearse de gente comprometida y con opinión crítica, ni con deseosos de realizar bien una labor sin ánimo lucrativo. Hoy, desde luego, hay ciertos valores que se han desintegrado para dar paso a términos tan lamentables como la fama. Desde aquí quiero contribuir a divulgar este periódico del que transcribo su primera reseña, el día 1 de marzo, aclaratoria de todo cuanto digo:
Guadalajara cuenta desde hoy con un nuevo medio de comunicación: EL HERALDO DEL HENARES.
Dirigido por el periodista Roberto Mangas Morales y editado por la Asociación Henares Natura, este diario pretende ocupar un puesto de referencia entre los lectores alcarreños que, además de información, buscan una opinión con la que contrastar sus propios puntos de vista.
Este nuevo periódico tratará de informar de todos aquellos acontecimientos que se produzcan en Guadalajara y su provincia, sin dejar de lado la información regional y aquellas convocatorias procedentes de la Universidad de Alcalá de Henares.
La cultura y la opinión tendrán un lugar destacado en el quehacer diario de EL HERALDO DEL HENARES. Son varias las firmas de opinión que forman parte desde el primer día de su plantel. La política de la mano de José Vicente García Sánchez y del letrado Andrés Ruiz Cubero; los libros con Mercedes García Granizo; la literatura y el cine a cargo del escritor y experto en publicidad, Santiago García Clairac; la psicología con Isabel García Santiago; el humor gráfico de Ubaldo… Además, está previsto que en breve se incorporen nuevos colaboradores para ampliar la opción de temas tratados y la pluralidad de los mismos.
Y es que este Heraldo, al igual que los primeros correos de la historia, quiere ser el primero en transmitir las buenas noticias que siempre suponen para la Humanidad la creación literaria, artística, técnica, científica, cinematográfica...
EL HERALDO DEL HENARES no viene a competir con nadie. Tan solo nace con el compromiso de complementar el amplio abanico de cabeceras de prensa impresa y digital ya existente en Guadalajara y su provincia y ofrecer a sus lectores un punto de vista más. En manos de ellos, de los lectores, ponemos nuestro futuro.
Bienvenidos a EL HERALDO DEL HENARES.
No tengo que decirlo, porque él ya lo sabe, pero como ustedes no, he de expresar que estoy orgullosa de lo que ha conseguido y de haber compartido con él los primeros años de la facultad.
Para acceder al Heraldo de Henares pinchar aquí: http://www.elheraldodelhenares.es/
18.10.09
RECOMENDACIÓN: "EMMA ROULOTTE, ES USTED" de NORBERTO LUIS ROMERO.
De vez en cuando, sólo de vez en cuando, cae en manos del lector un libro que al finalizarlo desea compartir con otros. A veces queremos comentar su historia o reflexionar sobre una de sus citas. Pero el buen libro es el que recomiendas por entero, advirtiendo al amigo que disfrutará leyéndolo. No sabría decir cuál es la historia de “Emma Roulotte, es usted”, no porque no la tenga, sino por lo contrario, porque en ella confluyen todos los géneros habidos y por haber. En la gran imaginación de Norberto Luis Romero, caben todas las novelas escritas o por escribir, así lo ha demostrado en este pequeño libro. Rara vez en tan pocas páginas se ha contado tanto y tan rápido. Con una visión puramente cinematográfica nos adentra en una historia que nos lleva a otra y ésta a otra más. Es un libro chispeante, divertido, sutil. Una fina ironía y un elegante humor ha utilizado este consolidado escritor de cuentos que sabe cómo llegar al corazón pero sobre todo y muy por encima, a la inteligencia. Yo creo que es buena cosa pretender que los lectores son inteligentes. En el Metro, en el autobús, en la sala de espera de un hospital, siempre hay un lector dispuesto a leer una buena historia y para todos ellos recomiendo este pequeño libro, un libro encantado por la varita mágica de la originalidad. Y al finalizarlo, vengan y díganme, si pueden, que no son capaces de recomendarlo a un amigo.
29.4.09
VIAJEROS ROMÁNTICOS EN GRANADA

¿Quiénes fueron los guardianes de la Alhambra? En mi última novela GUARDIANES DE LA ALHAMBRA intento desvelar los nombres de aquellas personas, famosas unas y otras anónimas, que contribuyeron a mantener en pie el monumento de la Alhambra. Sin ellos es muy posible que no hubiera llegado hasta nosotros. Mientras mi novela vea la luz sirva este enlace (aún en construcción) para conocerlos y valorar a parte de lo que yo considero sus guardianes.
http://viajerosromanticos.blogspot.com/
20.4.09
15.4.09
MANUEL GÓMEZ-MORENO GONZÁLEZ: EL HOMBRE QUE LO DIO TODO POR GRANADA.
DESCUBRIR A GÓMEZ-MORENO GONZÁLEZ HA SIDO UNA EXPERIENCIA SORPRENDENTE. EN EL ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA EL LEGADO ANDALUSÍ, TRATÉ DE SER OBJETIVA, SIN EMBARGO DEBO RECONOCER QUE TENGO UNA CIERTA DEBILIDAD POR ESTE HOMBRE TAN POCO CONOCIDO EN GRANADA PERO TAN VALIOSO PARA SU HISTORIA Y PARA LA HISTORIA DE NUESTRA ESPAÑA. TAMBIÉN QUIERO AGRADECER LA AYUDA PRESTADA POR JOSÉ MANUEL GÓMEZ-MORENO CALERA Y JAVIER MOYA DEL INSTITUO GÓMEZ-MORENO DE LA FUNDACIÓN RODRIGUEZ ACOSTA.
http://articulogomez-morenogonzalez.blogspot.com/
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TODO SOBRE LA GRANADA ROMANA.
ENLACE DE LA PÁGINA "GRANADA ROMANA" EN DONDE PODRÁS ENCONTRAR, TEXTOS RELACIONADOS CON ILÍBERIS ESCRITOS POR LOS AUTORES MÁS RECONOCIDOS EN LA MATERIA, BIBLIOGRAFÍA Y PÁGINAS RELACIONADAS.
ES DECIR, TODO LO QUE HE PODIDO ENCONTRAR SOBRE LA GRANADA ROMANA (ILÍBERIS).
http://granadaromana.blogspot.com/
ES DECIR, TODO LO QUE HE PODIDO ENCONTRAR SOBRE LA GRANADA ROMANA (ILÍBERIS).
http://granadaromana.blogspot.com/
10.4.09
OTRAS REFLEXIONES FUERA DE LA LITERATURA.
Quiero hacer un paréntesis en mi blog dedicado a Granada para sumarme a la iniciativa de informar sobre otro mundo, el de la infancia. He añadido un video sobre hiperactividad y falta de atención en los niños, un síndrome cada vez más común entre nuestros pequeños y que deberíamos conocer todos, padres, familiares y profesores.
También he querido unirme a la iniciativa de Anabel Cornago (El sonido de la hierba al crecer), madre cariñosa y entusiasta, que nos quiere acercar a la vida de Erik, su guapísimo hijo autista.
Ni la hiperactividad, ni la falta de atención, ni el autismo deben asustarnos. Todos somos especiales y diferentes, sólo debemos aprender a comprendernos.
También he querido unirme a la iniciativa de Anabel Cornago (El sonido de la hierba al crecer), madre cariñosa y entusiasta, que nos quiere acercar a la vida de Erik, su guapísimo hijo autista.
Ni la hiperactividad, ni la falta de atención, ni el autismo deben asustarnos. Todos somos especiales y diferentes, sólo debemos aprender a comprendernos.
9.4.09
16.12.08
LOS CABALLOS CIEGOS DE MARILUZ ESCRIBANO.
El día 21 de octubre de 2008, tuve el placer de asistir a la presentación del libro Los caballos ciegos de Mariluz Escribano en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La introducción corrió a cargo del editor Juan Pastor, la encantadora Remedios Sánchez y el erudito Gregorio Salvador.
Desde este blog recomiendo encarecidamente este libro. Es un librito de cuentos que apasiona por su delicadeza, por su ternura y sencillez. Una “escritura artística, llena de elegancia, originalidad y exquisitez” que “se ha convertido en una circunstancia poco habitual en estos días en los que se acaba poniendo negro sobre blanco hasta las mayores nimiedades”, corrobora Remedios Sánchez. Y tiene mucha razón. Estos 30 cuentos rebuscan en los sentimientos más escondidos, en nuestros recuerdos (algunos vividos y otros simplemente intuidos) pero todos reales, contados con el virtuosismo de una experta, a la que deberíamos tener como ejemplo todos y cada uno de los que nos dedicamos a escribir.
Sus cuentos me entusiasmaron y me conmovieron y cuando terminé de leerlos me pregunté si el panorama literario está preparado para este tipo de literatura, quiero decir, para la bien escrita, para la auténtica literatura, sin ánimo de notoriedad, sin petulancias, sin intenciones comerciales.
Hoy me siento optimista, pienso que siempre habrá un hueco para Mariluz Escribano así que confío en que continúe y espero pacientemente a su próximo libro.
Desde este blog recomiendo encarecidamente este libro. Es un librito de cuentos que apasiona por su delicadeza, por su ternura y sencillez. Una “escritura artística, llena de elegancia, originalidad y exquisitez” que “se ha convertido en una circunstancia poco habitual en estos días en los que se acaba poniendo negro sobre blanco hasta las mayores nimiedades”, corrobora Remedios Sánchez. Y tiene mucha razón. Estos 30 cuentos rebuscan en los sentimientos más escondidos, en nuestros recuerdos (algunos vividos y otros simplemente intuidos) pero todos reales, contados con el virtuosismo de una experta, a la que deberíamos tener como ejemplo todos y cada uno de los que nos dedicamos a escribir.
Sus cuentos me entusiasmaron y me conmovieron y cuando terminé de leerlos me pregunté si el panorama literario está preparado para este tipo de literatura, quiero decir, para la bien escrita, para la auténtica literatura, sin ánimo de notoriedad, sin petulancias, sin intenciones comerciales.
Hoy me siento optimista, pienso que siempre habrá un hueco para Mariluz Escribano así que confío en que continúe y espero pacientemente a su próximo libro.
8.12.08
27.8.08
ARTÍCULO EN EL PERIÓDICO GRANADA HOY

La Alhambra interpretada en la revista 'EntreRíos'
La publicación granadina edita el número doble 7-8 dedicado al Palacio Nazarí con autores de las tres religiones y de la talla de Antonio Gala o Andrés Soria Ortega
Sara G. Mendoza / Granada Actualizado 22.08.2008
La publicación granadina edita el número doble 7-8 dedicado al Palacio Nazarí con autores de las tres religiones y de la talla de Antonio Gala o Andrés Soria Ortega
Sara G. Mendoza / Granada Actualizado 22.08.2008
En el 175 aniversario de los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving, la revista granadina EntreRíos estrena un nuevo número dedicado al palacio nazarí titulado La Alhambra, el Palacio. Busca proyectar la ciudad a través de sus páginas. El doble número 7 y 8 nace bajo el patrocinio del Patronato de la Alhambra y Generalife , cuya directora, María del Mar Villafranca dice de los contenidos que "devuelven una Alhambra interpretada por sensibilidades muy diversas y ricas que nos acercan a otras visiones que tienen la lucidez del universo de las musas".Va destinada a todos los interesados en la arquitectura musulmana y especialmente en el palacio rojo. Cuenta con un elenco de autores de la talla de Antonio Gala, Cristina Viñes o Andrés Soria Ortega. Hay textos de académicos como Emilio Santiago Simón, otros de investigación como los de José Antonio González Alcantud, profesor de la Universidad de Granada o Juan de Loxa; también poéticos como los de Salvador López Becerra o Mohamed Chakor y narrativos como los de Karima Toufali. Cabe destacar los textos en judío sefardí de Moshe Shaul, que rescata ese español que los judíos se llevaron de España en el siglo XVI y aun conservan como lengua familiar.Pero esta revista no es sólo para los grandes genios de las letras, sino que "presenta una apertura absoluta para todos los autores que tengan interés en publicar cosas valiosas y autores noveles que tengan textos de calidad", afirma Mari Luz Escribano, directora de la publicación. José María García Linares, es uno de estos autores jóvenes que acoge la revista. Se consigue así dar voz "a los que lo tienen más difícil y hacerlo al lado de autores de reconocida trascendencia que van a dar cobertura a sus textos".Carolina Molina, escritora madrileña y colaboradora en este número, es conocida por sus novelas históricas ambientadas en la capital granadina. La luna sobre la Sabika, Mayrit, Sueños del Albaycín y el próximo estreno de Las cuatro vidas de Ilíberis, son algunas de las novelas que esta autora recrea en la ciudad. "Me siento muy vinculada a Granada, fui la primera vez en 1995 para hacer la ruta lorquiana y me quedé encantada con Granada, porque me di cuenta que la ciudad tiene mucho que contar."Para ella, la Alhambra es "como un sueño, algo mágico". Y tal vez por eso, el palacio rojo será el escenario de la próxima novela que aun está 'cocinando': Los guardianes de la Alhambra. Ambientada en el siglo XIX., trata sobre los cambios que sufre la Alhambra desde que la abandonan los franceses hasta el incendio en 1890. Del fallecido Andrés Soria Ortega está La Alhambra en la historia. Un texto inédito que escribió en 1964 y que nunca llegó a publicar. En palabras de su hijo, Andrés Soria Olmedo: "la muestra puede ser representativa de la prosa y la forma mentis de un escritor y profesor granadino ante el palacio de su ciudad que puede interesar y que a mi me emociona".
LOS OTROS ESCRITORES QUE RECOMIENDO

Me llamo María Angeles Prieto Barba, natural y residente en Cádiz, licenciada en Historia por la universidad de Cádiz y tengo cuentos publicados en la prestigiosa revista Clarín de Oviedo y en varios blogs. Con este cuento conseguí el segundo premio este año en el certamen de relatos cortos "Ciudad de Huesca".
MIÑONES DE HUESCA
¿Qué te cuente cosas de la guerra, chiquilla?, pero si con ese cuerpo que te hemos dado, niña, lo que deberías es irte a pasear el palmito o poner la enramá en la ventana, ¿qué haces aquí metida en casa, escuchando a una vieja?, no, no me digas que te lo pasas mejor conmigo, ni me lo jures. Porque de una pieza te vas a quedar cuando te diga que, con los años, la memoria revoluciona lo que fue nuestra vida, nos cambia hasta el lugar o el sentido del tiempo, que si me pides que te hable de la guerra te digo que a mí se me han olvidao, pero del todo, la bombas, el miedo, la sed, que sólo puedo recordar una mañana tan bonita como ésta, con su sol dorado, poquitas nubes y un olor de la mar que inundaba toda la Alameda por la que desfilaba Delfín, tu abuelo. Que allá iba él, con los ojos grises y orgullosos, ese pelo revuelto que cortaba el aliento, las piernas largas y una planta que me quitaron, pero del todo, el sentío desde que lo ví.
¿Sabes?, yo con tanto libro iba para monja, o eso creía... ¿está por ahí tu madre, esa beatona?. ¿Se fue ya pa San Lorenzo?, pues mejor... Porque después que el minón de tu abuelo se fijara en esta tonta y me dejara de una pieza, a mí se me quitaron las ganas de tanta lectura de sermón, y tanto rosario, que ni concentrarme podía, sólo tenía la cabeza para soñar con la noche en que pudiera refregarme, como una gata, contra ese cuerpo divino.
Y yo allí en el balcón mirando porque me llamó mi madre, en esa Alameda bonita por la que pasó el general Solano, que dios guarde, después el Teniente de Campo José de San Martín, el independentista, al que mal rayo parta, y luego tu abuelo Delfín, el más guapo de tós y ya sargento, al frente de los treinta voluntarios aragoneses, con esa tamborada suya tan imponente, que eran la avanzadilla, los más valientes del cuerpo, los que más tarde se partieron el alma por defender Cádiz y salvar la Patria contra el francés.
Tu abuelo era de Huesca, que por eso luego nos venimos aquí, y anda que no lloraron ná mis padres cuando nos fuimos... No te vayas, que te vas a morir allá arriba de frío y de pena, me decían. Pero quiá, que nosotros sólo somos más oscenses, más andaluces y más nosotros mismos, cuando estamos fuera, cuando estamos lejos. Que luego siempre fui feliz en esta Huesca bendita. Y aquel abuelo tuyo y yo, que sólo vernos en aquel balcón florío y ya estábamos juntos, allí en Cai o aquí en Huesca, que no podíamos dejar nunca de pensar el uno en el otro, pero sin hablarnos, pues en aquella época no se podía... Bueno sí, que luego en la casa de tu abuela me acordé de Manolita, una fresca de la calle la Palma, que salía con otro de las alpargatas miñoneras, otro aragonés con esas cintas negras hasta el tobillo y pallá me fui a que me contara... ¿Sabes, niña?, cuando estás enamorá haces lo que sea, bajas hasta los mismísimos infiernos con tal de enterarte de todo lo que puedas sobre el hombre que te interesa. Nada te detiene, ni siquiera te arredra el dolor de que ande enredao con otra. ¡Anda que no era viva la tal Manolita!. Tó el ejército desfiló ante ella. Que Mesalina, la del emperador Claudio, a su lao, ¡una malva!, y yo, una niña bien, que hasta clases de piano tenía, pallá me fui, sin que se enterara mi madre, a preguntarle, a saber cómo podría arreglar lo mío con Delfín... Y no, a tu abuelo no se le conocía novia formal, sólo rollos con alguna lianta de baja cuna. Total, que pan comío para mí, mocita como era, porque los sargentos con pelanduscas no se casan, al menos en aquella época. Y los aragoneses, toavía menos.
Más cosas le saqué a la tal Manolita, sobre tó el recorrío militar que tenía que hacer tu abuelo todos los días pa escoltar a San Martín. Y allá me fui, del brazo de Manolita, a darme con él el encontronazo de mi vida, más bonita, arreglá y alegre que las castañuelas del tablao. Delfín era un mozo bien plantao pero muy triste, con unas ojeras grandes que le llegaban a las mejillas y unos silencios y unos suspiros... de Huesca era, ya te digo. Que enterrador parecía. Y ya te puedes imaginar el contraste. Menos mal que entonces yo, como niña bien, era más calladita y formal que ahora, así que sólo me quedé mirándolo y él a mí, muy, muy fijo. Pero tu abuelo no se arredró, no se quedó callao, ni se anduvo con chiquitas: Niña, me dijo, que si viene mañana por este paseo, me gustaría tener unas palabritas con usted y conocerla mejor. Así de claro me habló y por derecho, ¡anda que no era nadie el aragonés!. O el hosco, como lo llamó siempre mi madre, y su suegra.
El novio que entonces tenía Manolita, Jorge el “arrojao”, compañero de Delfín, era un majara de cuidado, un punto y aparte, siempre estaba con bravuconadas: que si yo voy a hacer esto o lo otro, que si tengo que ascender, iba muy sobrao. Pero llegó el momento fatídico, el 30 de mayo de 1808, día de San Fernando, que no se me olvidará en la vida, y llegaron las noticias de que se llevaron al Infantito, mataron los mamelucos a un montón de madrileños y se habían constituido Juntas Patrióticas pa echar de España a los gabachos. Y ese general Solano, tan cobarde, que no decía ná, ni mú ni má, porque estaba la flota francesa ante nuestras costas, no nos fueran a bombardeá. Y toda aquella gente que se enfadó y arremolinó frente a su casa para echarlo, amigo del francés, traidor, vendepatrias, de tó le llamaron, hasta novio de Napoleón, le dijeron, y que saliera, que diera la cara en el balcón ante el pueblo, como capitán general en jefe que era y declarara, de una vez, la guerra. El caso es que no lo hizo, no firmó ná, y la gente se calentó mucho más y asaltó el cuartel de artillería y entraron en la casa, pa matarlo como fuera. Qué miedo pasé yo, niña, sabiendo que tu abuelo estaba allí dentro y no salía, que el único que escapó de aquella ratonera, bien pronto, fresquito y muy ileso, fue el que sería luego don José de San Martín, gran libertador del Río de la Plata, que dios confunda.
Y yo tó el rato con el corazón en un puño, muy apretaíto, viendo de lejos aquella turba loca e insensata, pidiendo sangre. ¡Anda que si se hubiera enterao mi madre!. Pero allí dentro estaba mi Delfín y allí me quedé, rezando, que hubiera partido los Cielos, golpeado a Dios, los ángeles y hasta al diablo, de no volver a verle. Jorge también salió. Pero Delfín, tan pronto, no. “En el secreto de la casa de al lado está escondío”, dijeron, y todo era porque Juan, el hijo del carpintero del callejón los Piratas y un chivato de mierda, avisó a los agitaores de que allí, porque ese secreto lo había construío su padre, se ocultaba Solano. Y no se equivocaron, que mi Delfín, arriesgando la vía por salvar a su jefe, como un valiente, como debe ser, le había ayudao a saltar por las azoteas de una casa a otra. Y lo cogieron en la otra mansión, que lo tenía escondío una irlandesa, María Tucker, que en su mismo dormitorio tenía el secreto, el escondite de Solano, que qué valor el de aquella mujer.
Al general como te digo, lo trincaron y lo llevaron a la muerte, mientras yo miraba descompuesta por todas las puertas, por todas las esquinas de aquella plaza. Y al final vi salir a Delfín por la puerta lateral de la irlandesa, con la cara y el ánimo descompuesto por su fracaso, que había salvao la vida de milagro. A sus brazos corrí y me apartó, “quita, mujer, que luego hablamos”, mientras arrastraban a Solano a golpes y empellones, que ya la horca preparaban, pa lincharlo, desfallecío y ensangrentado como iba. Hasta que un amigo suyo, otro militar, Carlos Pignatelli, salío de dios sabe dónde, se acercó a Solano y atravesó limpiamente, con la espada, su corazón. Así muere dignamente un militar, dijo, enfrentándose aquella turbamulta que se había vuelto loca y frenética, aquel día en que pasé tanto miedo, más que en toa la guerra. Nuestro dos de mayo...
Y ese día de sangre no fue más que el primero. Que aunque los recuerdos se arremolinan en la cabeza, pelean unos con otros y es difícil no confundirse, te los contaré, no olvides que estaba muy enamorá y eso lo cambia todo: que los ojos grises de tu abuelo me ayudan a ordenarlos, me sirven de guía. Por ejemplo, no te puedes imaginar cómo se puso Cádiz cuando llegaron las noticias de lo que había pasao en Zaragoza. La gente lloraba, maldecía, clamaba a los cielos. Hasta los curas gritaban en los púlpitos sin problemas que matar a un franchute no era pecado, imagina. Que los de Francia nos los quitaron entonces tó: la casa, la hacienda, las mujeres, la familia, la vía. Y la honra, añadía mi Delfín, que no sabía cómo consolar a su amigo Jorge, desesperaíto que estaba porque en el sitio de la capital, en Zaragoza, le habían matao a su hermano y dos sobrinos.
A tu abuelo y a su amigo entonces, por su valor y experiencia y para mi desgracia, los destinaron luego al castillo de Puntales, el sitio más peligroso de toda la ciudad a fin de que mantuvieran a raya todos esos barcos que vinieron a tirarnos unas bombas hermosas como melones, tan grandes que eran. Que cuando explotaban lejos, muchas mozas nos lanzábamos a coger trocitos de la metralla, bien calentitos, y nos hacíamos bigudíes pa tener más rizos en la melena, entonces muy vistosas, que nos recogíamos con unas madroñeras largas, adornás con flores. Ya ha pasado la moda, como todo, pero estábamos bien guapas en aquel Cádiz tan animao con la guerra, al que los patriotas venían a refugiarse, donde se hablaban muchas lenguas del mundo, donde el amor y la muerte, por toda la ciudad y en aquel tiempo, iban uníos y de la mano. Como ocurre en los lances más importantes de la vida, igual.
Y entonces Jorge, que yo creo se volvió loco a consecuencia de lo afectao que estaba por lo de Zaragoza, a diario hacía la ronda dando el espectáculo. ¿Qué te crees que hacía, ese aragonés?. Sí, de la ciudad de Huesca, también. Que nos empezaban a bombardear toa la flota francesa allí concentrá, ante Puntales, y él dejaba el destacamento como si ná, y le dio por irse a correr solito, de un lao para otro por encima de la muralla del castillo, pa gritarles cobardes, darles un corte de mangas, demostrar que no nos daban miedo las muertes que traían aquellas bombas. ¡Y cómo animaba a las tropas aquel valor, por mi madre!. Medio Cai iba a verlo todas las mañanas, jaleando su furia, su coraje, su constante tenacidad. Menos mal que yo no me encontraba allí la mañana que ocurrió, sino en casa con mi madre, porque de haber estao no hubiera podido apartar aquel espanto de la mente. Que un día una bomba le dio de pleno, mientras corría, y le arrancó toda la cabeza, mientras que el cuerpo, por unos instantes, siguió corriendo a lo largo de aquella muralla, como si fuera un pollo, pa dolor y espanto de los allí congregaos. Y mi Delfín no lloró, pese a lo triste, que le tocó recoger con un trapo aquella cabeza del amigo suyo, toa destrozá, abrazarla y, de pocas palabras como era, proclamá que ahí llevaba a un valiente de Huesca, que lo sepa el mundo. Y lo supo Cádiz, que hasta en la prensa salió y en los púlpitos, pues nos fuimos a rezar, todas las mujeres, tres novenas a San Lorenzo, por su bendita alma valiente e insensata que dios guarde. Y se hartó de llorar por Jorge la Manolita, que hasta a monja llegó a meterse, porque no nos decía ná, pero le había cogío cariño y lo quiso mucho.
No, no tó fue tan triste, moza, que si no, no hubiéramos podío aguantarlo. Que tó el mundo salía a la calle cuando no había bombas y hablábamos de cambiar esto y aquello, de quitar de una vez a los malos gobernantes, los que siempre mandaron, tan ladrones como ese Godoy que nos había deparao tanta desgracia y ya era hora, pues tan torpes no éramos, de que empezáramos a mandarnos nosotros mismos. Bueno, quiero decir los hombres, que las mujeres no contamos pa ná en asuntos de Estao y de política, como bien sabes. Ahora que... sin nosotras, esa guerra no se hubiera ganao, bien lo saben ellos. No, no sólo por Agustina de Aragón, que era de Barcelona, es que en toa la piel de toro hubo hembras ansí, como ella. Por ejemplo, estaba Angustias, la de Chiclana, a la que no se le ocurrió otra cosa que mearse en medio de la plaza de su pueblo encima de la bandera de Francia. La mataron, claro. O la otra, Paca la Cantaora, que cuando estábamos en medio de una opereta, en el teatro de Cádiz, tronaron las bombas y dimos en el palco un bote, asustaítos como estábamos, y ella cantando, tan fresca, aquella jota que luego se haría tan famosa: “Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones”. ¿Qué, qué no era una jota dices?, Claro que sí, niña, que yo he estudiao música, era una jota sólo que más rápida, al estilo de allí, lo que luego se dio en llamar alegrías de Cai.
¿Y aquel día, tras mucho discutir, cuándo se proclamó la Pepa?, anda que no lloraba ná tu abuelo, que se emocionó muchísimo cuando vino Isidoro Antillón, aquel señor tan listo de Teruel, que conocía a Delfín y había estao en la Junta de Defensa de Zaragoza y le contó el destino que habían tenido los amigos. Que algunos se salvaron, claro que sí, y allá se fueron al Monte Perdío, con el frío y todo, a continuar la guerrilla. Pa que te quede claro quien ganó aquella guerra, que fue el pueblo, niña, el pueblo. No los poderosos, los grandes, los nombres propios que tós conocemos: La ganamos nosotros. Llovió mucho ese día de la Pepa, se abrieron los Cielos y hasta tronó, que allí en Cádiz es muy raro, ese 19 de marzo de 1812, cuando llevamos a pasear, en procesión como si fuera una Virgen, aquella bendita Constitución española de los liberales que además recogía arreglar lo de las libertades históricas de Aragón, entonces perdías, que bien orgulloso estaba su abuelo, aunque yo no entendía ná de libertades, ni de todo eso.
La historia de nuestros amores, sin embargo, no fue tan sencilla, porque no contaba sólo el cariño que nos teníamos tu abuelo y yo, había entonces que tener la aprobación de nuestros padres, y bueno, de los de Delfín podíamos olvidarnos, que a ver quien era el guapo que subía hasta Huesca y regresaba a Cai después, con tanta tropa francesa por los caminos, pero los míos... Tu abuela se le opuso con toda su alma, hecha una fiera, porque decía, y con razón, que Delfín me llevaría muy lejos de ella y que eso no lo iba a poder soportar, ni yo tampoco. Ahí se equivocó, que aquí soy feliz, que ya soy de Huesca. Que, aunque somos pocos, adónde vamos la liamos, nos crecemos y distinguimos como gente formal, a la que le gusta hacer siempre bien las cosas.
Que tenía ojeriza mi madre a Delfín, eso te lo aseguro. Ella no consentía verlo como lo veía yo, tan valiente, callao y cabal, como un hombre verdadero. No, ella sólo miraba sus ojos tristes y montaba cuchufletas, a ese novio tuyo tan apenao no me lo traigas al patio, me decía, que se me apaga hasta el sol de la mañana, que, a su paso, se amustian tós los geranios. Que todo el rato estaba mi madre con que tienes que dejarlo. ¡Y la vida que te va a esperá como mujer de militar, cuántas fatiguitas!. Bueno, ahí tenía razón y ya me había hecho yo a esa idea: mal pagaos, no reconocíos, nunca seguros en ninguna parte, traslados de residencia cada poco, metíos en mil y una refriegas a gusto del besugo que les mandara, que militar español siempre fue una ruina, que había que ser muy insensato y muy entero pa ganarse la vida con eso. Qué mira la Frasquita Larrea, me ponía como ejemplo, esa señora tan lista de la calle Ancha, toma nota de que, con tó el cortejo que le metió el americano ese, el tal Bolívar tan guapo, siempre recitándole poemas bajo su balcón, le dio calabazas pa casarse con un viejo alemán mu feo y dedicado a los negocios. ¡Pues anda que no le va bien!, añadía.
Y.. ¿qué quieres que te diga, niña?, que todos esos latiguillos de mi madre no caían en saco roto y yo le daba vueltas a la cabeza, ¡pa qué te voy a engañá!. Que mi Delfín era muy listo y apañao, que estaba segura que podría salir adelante en tó aquello que se metiera, que era mu firme, mu cabezón y tozudo. ¡Anda que no me costó ná meterle en vereda!. Yo le decía, pero ya al final, Delfín, cariño, mira que cuando acabe la guerra soldaos va a haber a patás, que el país está destruío, que hay muchos muertos, que todo anda muy mal y habrá muchas cosas que hacer. Que si montamos una tienda nuestra, un ultramarinos si quieres, podemos vivir tranquilos pa siempre. Y él que no, que había que luchar, que hasta que no se muriese Napoleón aquí en Huesca, porque ya habíamos decidío que nos veníamos a Huesca, íbamos a estar en peligro siempre. Totá, que en él tuvieron que luchá su cariño por mí y su vocación de valiente, con mi madre en medio dando la lata todo el tiempo porque su hija, con un militar, no se casaba ni por encima de su cadáver.
Ya te digo, chiquilla, tu abuelo un cabezón, como tós los aragoneses. Y un romántico, también. ¡Qué cosas tan bonitas me decía cuando la guerra, niña!, ¡a ver si encuentras por aquí otro igual!. Tú, Angelina, susurraba tu abuelo, mírame, mírame siempre con esos ojos rasgaos y oscuros de andaluza que tienes, que eres mi cierva blanca, mi señal, mi augurio feliz, que me siento un Sertorio y si tú me miras no me pasará ná, que eres mi destino y mi suerte. ¡Ay!, ¡qué cosas!, ¡cómo pa no está enamoraíta perdía!.
Y luego, cuando vinimos aquí, a Huesca, a quitá carámbanos de hielo de las paredes, no te puedes ni imaginá cómo había dejao tó la guerra. Que fue por fin, ya instalaos aquí, cuando tu abuelo se dio cuenta de que había que arremangarse y levantá esto, esta preciosa ciudad que había perdío tanta, tanta gente. Porque se casó conmigo como aragonés y militar que era, digo que sí, que con él no pudo en Cádiz ni mis consejos de antes, ni su suegra. No, lo que le decidió cambiar la profesión fue llegar aquí, ver cómo había quedao todo esto, la penita que daba verla, con lo que había sío Huesca y su gente. Y sí, un ultramarinos montamos, “La Confianza”, como le sugerí yo, que se me concedió también ponerle nombre, como niña andaluza, afortuná y privilegiá que era. Muchos trabajos y fatigas pa levantar el negocio, claro que sí, pero yo siempre fui alegre y no me quejé y ya tu abuelo también sonreía al nacer tu madre y tus tíos, y la gente entraba a la tienda y acudía, pa comprar las avituallas y escuchar mis historias...
Pero.. ¡ya está bien!, a salir, niña, aunque sea con el Lucas Mallada ese que te tiene sorbío el seso, ¿qué?, ¿qué no le gusta a tu madre?, pues mejor: porque ese, ¡ese seguro que es el bueno!.
(Nuestro agradecimiento a la organización Bejopa y a Oscar Sipán por su publicación en este blog. )
¿Qué te cuente cosas de la guerra, chiquilla?, pero si con ese cuerpo que te hemos dado, niña, lo que deberías es irte a pasear el palmito o poner la enramá en la ventana, ¿qué haces aquí metida en casa, escuchando a una vieja?, no, no me digas que te lo pasas mejor conmigo, ni me lo jures. Porque de una pieza te vas a quedar cuando te diga que, con los años, la memoria revoluciona lo que fue nuestra vida, nos cambia hasta el lugar o el sentido del tiempo, que si me pides que te hable de la guerra te digo que a mí se me han olvidao, pero del todo, la bombas, el miedo, la sed, que sólo puedo recordar una mañana tan bonita como ésta, con su sol dorado, poquitas nubes y un olor de la mar que inundaba toda la Alameda por la que desfilaba Delfín, tu abuelo. Que allá iba él, con los ojos grises y orgullosos, ese pelo revuelto que cortaba el aliento, las piernas largas y una planta que me quitaron, pero del todo, el sentío desde que lo ví.
¿Sabes?, yo con tanto libro iba para monja, o eso creía... ¿está por ahí tu madre, esa beatona?. ¿Se fue ya pa San Lorenzo?, pues mejor... Porque después que el minón de tu abuelo se fijara en esta tonta y me dejara de una pieza, a mí se me quitaron las ganas de tanta lectura de sermón, y tanto rosario, que ni concentrarme podía, sólo tenía la cabeza para soñar con la noche en que pudiera refregarme, como una gata, contra ese cuerpo divino.
Y yo allí en el balcón mirando porque me llamó mi madre, en esa Alameda bonita por la que pasó el general Solano, que dios guarde, después el Teniente de Campo José de San Martín, el independentista, al que mal rayo parta, y luego tu abuelo Delfín, el más guapo de tós y ya sargento, al frente de los treinta voluntarios aragoneses, con esa tamborada suya tan imponente, que eran la avanzadilla, los más valientes del cuerpo, los que más tarde se partieron el alma por defender Cádiz y salvar la Patria contra el francés.
Tu abuelo era de Huesca, que por eso luego nos venimos aquí, y anda que no lloraron ná mis padres cuando nos fuimos... No te vayas, que te vas a morir allá arriba de frío y de pena, me decían. Pero quiá, que nosotros sólo somos más oscenses, más andaluces y más nosotros mismos, cuando estamos fuera, cuando estamos lejos. Que luego siempre fui feliz en esta Huesca bendita. Y aquel abuelo tuyo y yo, que sólo vernos en aquel balcón florío y ya estábamos juntos, allí en Cai o aquí en Huesca, que no podíamos dejar nunca de pensar el uno en el otro, pero sin hablarnos, pues en aquella época no se podía... Bueno sí, que luego en la casa de tu abuela me acordé de Manolita, una fresca de la calle la Palma, que salía con otro de las alpargatas miñoneras, otro aragonés con esas cintas negras hasta el tobillo y pallá me fui a que me contara... ¿Sabes, niña?, cuando estás enamorá haces lo que sea, bajas hasta los mismísimos infiernos con tal de enterarte de todo lo que puedas sobre el hombre que te interesa. Nada te detiene, ni siquiera te arredra el dolor de que ande enredao con otra. ¡Anda que no era viva la tal Manolita!. Tó el ejército desfiló ante ella. Que Mesalina, la del emperador Claudio, a su lao, ¡una malva!, y yo, una niña bien, que hasta clases de piano tenía, pallá me fui, sin que se enterara mi madre, a preguntarle, a saber cómo podría arreglar lo mío con Delfín... Y no, a tu abuelo no se le conocía novia formal, sólo rollos con alguna lianta de baja cuna. Total, que pan comío para mí, mocita como era, porque los sargentos con pelanduscas no se casan, al menos en aquella época. Y los aragoneses, toavía menos.
Más cosas le saqué a la tal Manolita, sobre tó el recorrío militar que tenía que hacer tu abuelo todos los días pa escoltar a San Martín. Y allá me fui, del brazo de Manolita, a darme con él el encontronazo de mi vida, más bonita, arreglá y alegre que las castañuelas del tablao. Delfín era un mozo bien plantao pero muy triste, con unas ojeras grandes que le llegaban a las mejillas y unos silencios y unos suspiros... de Huesca era, ya te digo. Que enterrador parecía. Y ya te puedes imaginar el contraste. Menos mal que entonces yo, como niña bien, era más calladita y formal que ahora, así que sólo me quedé mirándolo y él a mí, muy, muy fijo. Pero tu abuelo no se arredró, no se quedó callao, ni se anduvo con chiquitas: Niña, me dijo, que si viene mañana por este paseo, me gustaría tener unas palabritas con usted y conocerla mejor. Así de claro me habló y por derecho, ¡anda que no era nadie el aragonés!. O el hosco, como lo llamó siempre mi madre, y su suegra.
El novio que entonces tenía Manolita, Jorge el “arrojao”, compañero de Delfín, era un majara de cuidado, un punto y aparte, siempre estaba con bravuconadas: que si yo voy a hacer esto o lo otro, que si tengo que ascender, iba muy sobrao. Pero llegó el momento fatídico, el 30 de mayo de 1808, día de San Fernando, que no se me olvidará en la vida, y llegaron las noticias de que se llevaron al Infantito, mataron los mamelucos a un montón de madrileños y se habían constituido Juntas Patrióticas pa echar de España a los gabachos. Y ese general Solano, tan cobarde, que no decía ná, ni mú ni má, porque estaba la flota francesa ante nuestras costas, no nos fueran a bombardeá. Y toda aquella gente que se enfadó y arremolinó frente a su casa para echarlo, amigo del francés, traidor, vendepatrias, de tó le llamaron, hasta novio de Napoleón, le dijeron, y que saliera, que diera la cara en el balcón ante el pueblo, como capitán general en jefe que era y declarara, de una vez, la guerra. El caso es que no lo hizo, no firmó ná, y la gente se calentó mucho más y asaltó el cuartel de artillería y entraron en la casa, pa matarlo como fuera. Qué miedo pasé yo, niña, sabiendo que tu abuelo estaba allí dentro y no salía, que el único que escapó de aquella ratonera, bien pronto, fresquito y muy ileso, fue el que sería luego don José de San Martín, gran libertador del Río de la Plata, que dios confunda.
Y yo tó el rato con el corazón en un puño, muy apretaíto, viendo de lejos aquella turba loca e insensata, pidiendo sangre. ¡Anda que si se hubiera enterao mi madre!. Pero allí dentro estaba mi Delfín y allí me quedé, rezando, que hubiera partido los Cielos, golpeado a Dios, los ángeles y hasta al diablo, de no volver a verle. Jorge también salió. Pero Delfín, tan pronto, no. “En el secreto de la casa de al lado está escondío”, dijeron, y todo era porque Juan, el hijo del carpintero del callejón los Piratas y un chivato de mierda, avisó a los agitaores de que allí, porque ese secreto lo había construío su padre, se ocultaba Solano. Y no se equivocaron, que mi Delfín, arriesgando la vía por salvar a su jefe, como un valiente, como debe ser, le había ayudao a saltar por las azoteas de una casa a otra. Y lo cogieron en la otra mansión, que lo tenía escondío una irlandesa, María Tucker, que en su mismo dormitorio tenía el secreto, el escondite de Solano, que qué valor el de aquella mujer.
Al general como te digo, lo trincaron y lo llevaron a la muerte, mientras yo miraba descompuesta por todas las puertas, por todas las esquinas de aquella plaza. Y al final vi salir a Delfín por la puerta lateral de la irlandesa, con la cara y el ánimo descompuesto por su fracaso, que había salvao la vida de milagro. A sus brazos corrí y me apartó, “quita, mujer, que luego hablamos”, mientras arrastraban a Solano a golpes y empellones, que ya la horca preparaban, pa lincharlo, desfallecío y ensangrentado como iba. Hasta que un amigo suyo, otro militar, Carlos Pignatelli, salío de dios sabe dónde, se acercó a Solano y atravesó limpiamente, con la espada, su corazón. Así muere dignamente un militar, dijo, enfrentándose aquella turbamulta que se había vuelto loca y frenética, aquel día en que pasé tanto miedo, más que en toa la guerra. Nuestro dos de mayo...
Y ese día de sangre no fue más que el primero. Que aunque los recuerdos se arremolinan en la cabeza, pelean unos con otros y es difícil no confundirse, te los contaré, no olvides que estaba muy enamorá y eso lo cambia todo: que los ojos grises de tu abuelo me ayudan a ordenarlos, me sirven de guía. Por ejemplo, no te puedes imaginar cómo se puso Cádiz cuando llegaron las noticias de lo que había pasao en Zaragoza. La gente lloraba, maldecía, clamaba a los cielos. Hasta los curas gritaban en los púlpitos sin problemas que matar a un franchute no era pecado, imagina. Que los de Francia nos los quitaron entonces tó: la casa, la hacienda, las mujeres, la familia, la vía. Y la honra, añadía mi Delfín, que no sabía cómo consolar a su amigo Jorge, desesperaíto que estaba porque en el sitio de la capital, en Zaragoza, le habían matao a su hermano y dos sobrinos.
A tu abuelo y a su amigo entonces, por su valor y experiencia y para mi desgracia, los destinaron luego al castillo de Puntales, el sitio más peligroso de toda la ciudad a fin de que mantuvieran a raya todos esos barcos que vinieron a tirarnos unas bombas hermosas como melones, tan grandes que eran. Que cuando explotaban lejos, muchas mozas nos lanzábamos a coger trocitos de la metralla, bien calentitos, y nos hacíamos bigudíes pa tener más rizos en la melena, entonces muy vistosas, que nos recogíamos con unas madroñeras largas, adornás con flores. Ya ha pasado la moda, como todo, pero estábamos bien guapas en aquel Cádiz tan animao con la guerra, al que los patriotas venían a refugiarse, donde se hablaban muchas lenguas del mundo, donde el amor y la muerte, por toda la ciudad y en aquel tiempo, iban uníos y de la mano. Como ocurre en los lances más importantes de la vida, igual.
Y entonces Jorge, que yo creo se volvió loco a consecuencia de lo afectao que estaba por lo de Zaragoza, a diario hacía la ronda dando el espectáculo. ¿Qué te crees que hacía, ese aragonés?. Sí, de la ciudad de Huesca, también. Que nos empezaban a bombardear toa la flota francesa allí concentrá, ante Puntales, y él dejaba el destacamento como si ná, y le dio por irse a correr solito, de un lao para otro por encima de la muralla del castillo, pa gritarles cobardes, darles un corte de mangas, demostrar que no nos daban miedo las muertes que traían aquellas bombas. ¡Y cómo animaba a las tropas aquel valor, por mi madre!. Medio Cai iba a verlo todas las mañanas, jaleando su furia, su coraje, su constante tenacidad. Menos mal que yo no me encontraba allí la mañana que ocurrió, sino en casa con mi madre, porque de haber estao no hubiera podido apartar aquel espanto de la mente. Que un día una bomba le dio de pleno, mientras corría, y le arrancó toda la cabeza, mientras que el cuerpo, por unos instantes, siguió corriendo a lo largo de aquella muralla, como si fuera un pollo, pa dolor y espanto de los allí congregaos. Y mi Delfín no lloró, pese a lo triste, que le tocó recoger con un trapo aquella cabeza del amigo suyo, toa destrozá, abrazarla y, de pocas palabras como era, proclamá que ahí llevaba a un valiente de Huesca, que lo sepa el mundo. Y lo supo Cádiz, que hasta en la prensa salió y en los púlpitos, pues nos fuimos a rezar, todas las mujeres, tres novenas a San Lorenzo, por su bendita alma valiente e insensata que dios guarde. Y se hartó de llorar por Jorge la Manolita, que hasta a monja llegó a meterse, porque no nos decía ná, pero le había cogío cariño y lo quiso mucho.
No, no tó fue tan triste, moza, que si no, no hubiéramos podío aguantarlo. Que tó el mundo salía a la calle cuando no había bombas y hablábamos de cambiar esto y aquello, de quitar de una vez a los malos gobernantes, los que siempre mandaron, tan ladrones como ese Godoy que nos había deparao tanta desgracia y ya era hora, pues tan torpes no éramos, de que empezáramos a mandarnos nosotros mismos. Bueno, quiero decir los hombres, que las mujeres no contamos pa ná en asuntos de Estao y de política, como bien sabes. Ahora que... sin nosotras, esa guerra no se hubiera ganao, bien lo saben ellos. No, no sólo por Agustina de Aragón, que era de Barcelona, es que en toa la piel de toro hubo hembras ansí, como ella. Por ejemplo, estaba Angustias, la de Chiclana, a la que no se le ocurrió otra cosa que mearse en medio de la plaza de su pueblo encima de la bandera de Francia. La mataron, claro. O la otra, Paca la Cantaora, que cuando estábamos en medio de una opereta, en el teatro de Cádiz, tronaron las bombas y dimos en el palco un bote, asustaítos como estábamos, y ella cantando, tan fresca, aquella jota que luego se haría tan famosa: “Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones”. ¿Qué, qué no era una jota dices?, Claro que sí, niña, que yo he estudiao música, era una jota sólo que más rápida, al estilo de allí, lo que luego se dio en llamar alegrías de Cai.
¿Y aquel día, tras mucho discutir, cuándo se proclamó la Pepa?, anda que no lloraba ná tu abuelo, que se emocionó muchísimo cuando vino Isidoro Antillón, aquel señor tan listo de Teruel, que conocía a Delfín y había estao en la Junta de Defensa de Zaragoza y le contó el destino que habían tenido los amigos. Que algunos se salvaron, claro que sí, y allá se fueron al Monte Perdío, con el frío y todo, a continuar la guerrilla. Pa que te quede claro quien ganó aquella guerra, que fue el pueblo, niña, el pueblo. No los poderosos, los grandes, los nombres propios que tós conocemos: La ganamos nosotros. Llovió mucho ese día de la Pepa, se abrieron los Cielos y hasta tronó, que allí en Cádiz es muy raro, ese 19 de marzo de 1812, cuando llevamos a pasear, en procesión como si fuera una Virgen, aquella bendita Constitución española de los liberales que además recogía arreglar lo de las libertades históricas de Aragón, entonces perdías, que bien orgulloso estaba su abuelo, aunque yo no entendía ná de libertades, ni de todo eso.
La historia de nuestros amores, sin embargo, no fue tan sencilla, porque no contaba sólo el cariño que nos teníamos tu abuelo y yo, había entonces que tener la aprobación de nuestros padres, y bueno, de los de Delfín podíamos olvidarnos, que a ver quien era el guapo que subía hasta Huesca y regresaba a Cai después, con tanta tropa francesa por los caminos, pero los míos... Tu abuela se le opuso con toda su alma, hecha una fiera, porque decía, y con razón, que Delfín me llevaría muy lejos de ella y que eso no lo iba a poder soportar, ni yo tampoco. Ahí se equivocó, que aquí soy feliz, que ya soy de Huesca. Que, aunque somos pocos, adónde vamos la liamos, nos crecemos y distinguimos como gente formal, a la que le gusta hacer siempre bien las cosas.
Que tenía ojeriza mi madre a Delfín, eso te lo aseguro. Ella no consentía verlo como lo veía yo, tan valiente, callao y cabal, como un hombre verdadero. No, ella sólo miraba sus ojos tristes y montaba cuchufletas, a ese novio tuyo tan apenao no me lo traigas al patio, me decía, que se me apaga hasta el sol de la mañana, que, a su paso, se amustian tós los geranios. Que todo el rato estaba mi madre con que tienes que dejarlo. ¡Y la vida que te va a esperá como mujer de militar, cuántas fatiguitas!. Bueno, ahí tenía razón y ya me había hecho yo a esa idea: mal pagaos, no reconocíos, nunca seguros en ninguna parte, traslados de residencia cada poco, metíos en mil y una refriegas a gusto del besugo que les mandara, que militar español siempre fue una ruina, que había que ser muy insensato y muy entero pa ganarse la vida con eso. Qué mira la Frasquita Larrea, me ponía como ejemplo, esa señora tan lista de la calle Ancha, toma nota de que, con tó el cortejo que le metió el americano ese, el tal Bolívar tan guapo, siempre recitándole poemas bajo su balcón, le dio calabazas pa casarse con un viejo alemán mu feo y dedicado a los negocios. ¡Pues anda que no le va bien!, añadía.
Y.. ¿qué quieres que te diga, niña?, que todos esos latiguillos de mi madre no caían en saco roto y yo le daba vueltas a la cabeza, ¡pa qué te voy a engañá!. Que mi Delfín era muy listo y apañao, que estaba segura que podría salir adelante en tó aquello que se metiera, que era mu firme, mu cabezón y tozudo. ¡Anda que no me costó ná meterle en vereda!. Yo le decía, pero ya al final, Delfín, cariño, mira que cuando acabe la guerra soldaos va a haber a patás, que el país está destruío, que hay muchos muertos, que todo anda muy mal y habrá muchas cosas que hacer. Que si montamos una tienda nuestra, un ultramarinos si quieres, podemos vivir tranquilos pa siempre. Y él que no, que había que luchar, que hasta que no se muriese Napoleón aquí en Huesca, porque ya habíamos decidío que nos veníamos a Huesca, íbamos a estar en peligro siempre. Totá, que en él tuvieron que luchá su cariño por mí y su vocación de valiente, con mi madre en medio dando la lata todo el tiempo porque su hija, con un militar, no se casaba ni por encima de su cadáver.
Ya te digo, chiquilla, tu abuelo un cabezón, como tós los aragoneses. Y un romántico, también. ¡Qué cosas tan bonitas me decía cuando la guerra, niña!, ¡a ver si encuentras por aquí otro igual!. Tú, Angelina, susurraba tu abuelo, mírame, mírame siempre con esos ojos rasgaos y oscuros de andaluza que tienes, que eres mi cierva blanca, mi señal, mi augurio feliz, que me siento un Sertorio y si tú me miras no me pasará ná, que eres mi destino y mi suerte. ¡Ay!, ¡qué cosas!, ¡cómo pa no está enamoraíta perdía!.
Y luego, cuando vinimos aquí, a Huesca, a quitá carámbanos de hielo de las paredes, no te puedes ni imaginá cómo había dejao tó la guerra. Que fue por fin, ya instalaos aquí, cuando tu abuelo se dio cuenta de que había que arremangarse y levantá esto, esta preciosa ciudad que había perdío tanta, tanta gente. Porque se casó conmigo como aragonés y militar que era, digo que sí, que con él no pudo en Cádiz ni mis consejos de antes, ni su suegra. No, lo que le decidió cambiar la profesión fue llegar aquí, ver cómo había quedao todo esto, la penita que daba verla, con lo que había sío Huesca y su gente. Y sí, un ultramarinos montamos, “La Confianza”, como le sugerí yo, que se me concedió también ponerle nombre, como niña andaluza, afortuná y privilegiá que era. Muchos trabajos y fatigas pa levantar el negocio, claro que sí, pero yo siempre fui alegre y no me quejé y ya tu abuelo también sonreía al nacer tu madre y tus tíos, y la gente entraba a la tienda y acudía, pa comprar las avituallas y escuchar mis historias...
Pero.. ¡ya está bien!, a salir, niña, aunque sea con el Lucas Mallada ese que te tiene sorbío el seso, ¿qué?, ¿qué no le gusta a tu madre?, pues mejor: porque ese, ¡ese seguro que es el bueno!.
(Nuestro agradecimiento a la organización Bejopa y a Oscar Sipán por su publicación en este blog. )
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