La Asociación Homo Sapiens (http://www.homosapiensgranada.blogspot.com/), a través de Juan de Dios y Javier Guillén Berrendero, me dieron la oportunidad de servir de guía a unos cuantos lectores y amigos por los escenarios de mis novelas. El centro neurálgico fue el legendario Café Bib-Rambla, en donde nos reunimos los primeros andarines. Un detalle magnífico por parte de Javier Navarro (Grupo Bib-Rambla) fue el comenzar la aventura con un chocolate con porras (deliciosas, por cierto). Recorrimos imaginadamente la plaza de Bib-Rambla desde el siglo XIII, momento en que mi personaje de La luna sobre La Sabika, Hamid Ibn Sellam vive en su Casa de los Fuegos de Amor donde el tiempo pondría más tarde la Casa de los Miradores. Desde allí fuimos a buscar la Puerta de las Orejas o de Bib-Rambla a través de la calle Salamanca y retornamos a la plaza por el Arco de las Cucharas. Atravesamos el Zacatín y llegamos a la Iglesia de San Gil, esquinada con la calle Elvira, cuyo recuerdo también fue para Manuel Gómez-Moreno y su anécdota reseñada en mi novela. Subimos por la calle Gomérez hasta hacernos una foto de grupo en lo que nos queda de la Puerta de Bib-Rambla y luego saludamos a Washington Irving. No sin antes hacernos una nueva foto en grupo en la Puerta de la Justicia, como era de esperar.
A la vuelta a la Plaza Nueva imaginamos el Pilar de Santa Ana y fuimos a localizar las ruinas del Maristán, hasta terminar en el Caserón de los Cid, frente a la Alhambra.
Mi nueva amiga Sierra dijo textualmente: "Visitamos sitios que no existen, pero vi mas cosas que nunca" (no hay palabras más acertadas para ese día)
Nos acompañaron el escritor Blas Malo (El esclavo de la al-Hamra) y esposa, el Grupo Bib-Rambla, Ana Morillas, Pedro López y Pedro de la Biblioteca Francisco Ayala. Otros amigos se unieron, como José Manuel y Marta, Marisa y otros cuantos más (disculpad si no me acuerdo de todos los nombres).
Mi nueva amiga Sierra dijo textualmente: "Visitamos sitios que no existen, pero vi mas cosas que nunca" (no hay palabras más acertadas para ese día)
Nos acompañaron el escritor Blas Malo (El esclavo de la al-Hamra) y esposa, el Grupo Bib-Rambla, Ana Morillas, Pedro López y Pedro de la Biblioteca Francisco Ayala. Otros amigos se unieron, como José Manuel y Marta, Marisa y otros cuantos más (disculpad si no me acuerdo de todos los nombres).
No tengo palabras para expresar lo vivido esa mañana. Fue sencillamente inmejorable. Bueno...tal vez lo hubiera mejorado si entre nosotros hubiera venido Max o Francesca di Mare, para contarnos alguno de sus recuerdos.
El mío ya lo tengo bien custodiado para el resto de mis días.
